Mirar la vida tras los arañazos de una gruesa tela,
dejar de sentir todo aquello que atraviesa el alma,
vivir sin vivir,
vivir sin soñar,
soñar tras los barrotes de una vieja condena,
la condena de ser el peor de los pecados,
a los ojos del hombre.
Mirar la vida a través del "tapaluz" de todas las ventanas,
dejar de sonreír, coquetear o sentir la mirada del otro, de la otra;
vivir sin conocer,
sin aprender,
soñar tras los barrotes de la peor de las cárceles
la cárcel que, aun sin puertas,
se cierra a cal y canto frente al alma.
Mirar la vida desde la más profunda ignorancia,
luchar contra el cruel enemigo del pensamiento,
del saber, del sentir, de la libertad para ser mujer.
Soñar tras los barrotes de un viejo resquemor y,
morir bajo las aguas del río carmesí
inundado por la sangre de todas las Evas.
Carmen Martagón Enrique ©
Esto es precisamente lo que me hubiera gustado escribir, pero no soy Martagón, no llego a tanto.
ResponderEliminarFelicidades y un abrazo grande.
Tú lo haces mejor, eres Espada... Besitos
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