No me queda tiempo para escuchar críticas vacías, no estoy disponible para una sola mentira, no me vendo al mejor postor; no me va la reverencia. He dejado de escuchar las voces que truenan, el "yo" persistente golpeando la mesa cual yunque de platero; no le veo la gracia a los chistes machistas, al misterio visible, al regodeo insistente, no la veo. He dejado de seguir a los divos de todo, los artistas, los perfectos: dibujantes, poetas, cantantes, actores, los amigos de todos, agradables con nadie. Me preocupa poco la puñalada trapera, ya no hay hueco en mi espalda para punciones nuevas, para burlas sin base, para más piedras. No tengo miedo a nadie, mas que a la parca, al dolor de los míos, a la lenta agonía que te aleja de todo, no le temo a los vivos que te miran de frente, tiemblo con los que miran atravesando el alma. No le temo a los muertos, perdieron la batalla, le temo a ciertos vivos que te roban la vida; ciertos y muy mala gente. Ca...
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...