Hace poco he leído en algún lugar que los niños son la felicidad del mundo... ¿quién no sonríe cuando les ve jugar? ¿cómo no reírse cuando sueltan una sonora carcajada mostrando hasta la última muela?... Los niños encuentran felicidad hasta en las condiciones más complicadas, disfrutan con las cosas más simples o lloran en las situaciones más inciertas... Pueden contagiarse entre ellos la alegría y el llanto, les gusta experimentar, imitan con facilidad, Pueden pasar horas jugando con arena o agua, su imaginación no conoce límites... Su inocencia es la mejor de las virtudes. ¿Por qué dejamos de ser niños si crecemos... ? ¿Por qué no nos quedamos con las mejores cualidades?... Si podemos confesar que nos gusta la risa, que llorar no está tan mal si algo nos apena, que también nos gusta saltar en la arena o jugar con el agua, que hay cosas que preferimos imaginarnos, jugar a ser cantantes, actrices o policía, incluso a veces ladrones... Me quedo con dar de comer a las palom
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...