Hay fragancias que perduran eternamente,
son las que se adueñan del alma de los poetas,
los soñadores, los amantes
o las personas sencillas.
Hay colores que desprenden aromas,
cómo el blanco,
ese que está en las paredes encaladas,
en las azucenas que florecen en los patios,
en el azúcar que endulza el café
o en la PAZ que hermana los pueblos.
Hay fragancias que se llevan dentro
se quedan en nosotros allá donde vayamos,
en la retina inundada de nostalgia,
o en el cálido abrazo que nos brinda la tierra,
para después salir en cada una de las letras
que derrama la pluma entre hojas grises.
Carmen Martagón ©
Foto de la red.
Montaje: Javier Puchades @xokotonto
cómo el blanco,
ese que está en las paredes encaladas,
en las azucenas que florecen en los patios,
en el azúcar que endulza el café
o en la PAZ que hermana los pueblos.
Hay fragancias que se llevan dentro
se quedan en nosotros allá donde vayamos,
en la retina inundada de nostalgia,
o en el cálido abrazo que nos brinda la tierra,
para después salir en cada una de las letras
que derrama la pluma entre hojas grises.
Carmen Martagón ©
Foto de la red.
Montaje: Javier Puchades @xokotonto
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