Y los minutos que no se detienen
van componiendo mis versos,
cuentan las sílabas, atan los sueños
y se van olvidando la rima
entre los lamentos.
El tiempo imparable, ajeno al recuerdo
me susurra al oído que escriba,
me dicta un momento
y voy acunando entre estrofas
mi mundo más tierno.
El tic tac silencioso recuerda,
que el día se marcha deprisa,
como pasa el viento,
y que yo sólo soy esa brisa
que te deja en los versos,
el sabor del instante vivido
que se queda en el cuerpo.
Carmen Martagón ©
me susurra al oído que escriba,
me dicta un momento
y voy acunando entre estrofas
mi mundo más tierno.
El tic tac silencioso recuerda,
que el día se marcha deprisa,
como pasa el viento,
y que yo sólo soy esa brisa
que te deja en los versos,
el sabor del instante vivido
que se queda en el cuerpo.
Carmen Martagón ©
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