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Rarezas del alma


Adoro tus rarezas, me gustas cómo eres,
así, sin más.
Has sido oveja negra de muchos rediles,
de los que ya no están,
no naciste cisne, fuiste patito feo y lo seguirás siendo,
así, por siempre...


Tú, ser solitario de noches en blanco
que no volverán,
excéntrico aroma de antaño en tu hacer diario.
Alma perdida en bravas peleas contra la corriente,
eterno paisaje olvidado entre demasiada gente.

Adoro esas rarezas,
porque son tuyas, te pertenecen,
son parte de esta persona que has llegado a ser.
Tú, no eres más que tú
y posees la extraña hermosura de un alma que pena,
de un alma que ríe,
de un alma que sueña...

Carmen Martagón ©

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