Paz…
en el alma y el cuerpo de los inocentes,
en el abrazo ingenuo al muñeco roto.
en el corazón puro de las almas pequeñas...
en el corazón puro de las almas pequeñas...
Paz…. en los ojitos que buscan un refugio cercano,
en la mirada que duda y no encuentra respuesta,
en la inocencia del niño que ya no quiere ruido.
Paz…en cada rincón del mundo de esas manos pequeñas,
en los días y noches que no son diferentes,
en los atardeceres sin hermosos paisajes.
Sólo PAZ, para los niños,
en
el juego esperado en jardines sin miedo,
en los sueños velados por madres amorosas,
en bellos despertares y en largos silencios…
en los sueños velados por madres amorosas,
en bellos despertares y en largos silencios…
Por
el alma inocente y el corazón puro,
por
la mirada sin respuesta en medio del miedo,
por
llenar esas manos que siempre están vacías.
Un
abrazo, una mano amiga, una mirada dulce,
un
atardecer donde jugar sin miedo,
el
amor más tierno para despertarles
y
que los acune tan solo este verso…
PAZ…
Texto y foto: Carmen Martagón ©
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