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Pertenencia

Nada nos pertenece,  ni en la vida, ni en la muerte.  Somos efímeros: gota de agua,  flor cortada,  hierba de otoño,  hojas caducas,  viento del este.  Nos han prestado este tiempo indefinido,  no sabemos cómo ni #por qué, ni sabemos cuánto ni cuándo,  y nos pasamos las horas, los minutos, los segundos: airadas, ansiosos, expectantes,  somnolientas, celosos, aburridas,  impacientes, violentos, recelosas…  se nos pasan los instantes sin poder respirar o inhalando a contratiempo.  Nada nos pertenece, ni nuestra propia existencia,  estamos aquí  viviendo ausentes,  olvidando esas pequeñas cosas  que deberían importarnos de verdad.  Carmen Martagón 
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EXTRAÑARTE

Nos adelantó la #muerte por la izquierda,  no la vimos llegar aún presintiéndola,  nos dejó sin palabras, sin el abrazo suave al despedirnos,  sin ese tiempo justo y necesario donde dejarte ir,  para extrañarte.  No se quien inventó la “ley de vida” ni que ley viene a negarme tu presencia,  un tiempo más, algunos pocos años,  hubieran sido pocos en mis días. Sigo llorando al paso de los años  sigo extrañando ser, estar y haber estado,  no me acostumbro a este silencio de tu muerte,  ni a este llamarte a gritos de mi vida.  Carmen Martagón 

Silencio

 Silencio  “Se bebe té para olvidar el ruido del mundo”. T’ien Yiheng. Silencio  Hay demasiado ruido alrededor,  ruido innecesario y perturbador que te aleja de ti misma,  necesitas instantes donde encontrarte, instantes para buscar el silencio mientras escondes el grito atronador del dolor.  Hay demasiadas voces a la vez  te dicen si puedes o no, si estás o no, lo que debes hacer cada minuto.  Hay demasiadas voces de este mundo,  dejando mudo el pensamiento, atacando cada palabra no dicha, tratando de ocupar todo tu ser. Naciste más cerca del silencio, tu llanto de entonces ya no se recuerda, y ahora necesitas beberte a sorbos el ruido  y que todo esté mudo y callado, para pensarte y sentirte, para que nadie más te sienta.  Necesitas quedarte ausente algún tiempo, mientras los gritos se apaciguan  mientras el dolor se diluye en una taza de dulzura, en unas gotas de ausencia, en una leve sonrisa… o en un ritual que nadie entiende; como tu silencio… Carmen Martagón  #silencio  #ritualde

INFIEL

 INFIEL Abro la puerta despacio, me descalzo en el pasillo y dejo las llaves sobre el recibidor. Avanzo unos pasos hasta entrar al salón. La luz de la calle ilumina el ramo de rosas rojas sobre la mesa. Acaricio los pétalos con suavidad para no dañarlos. La yema del dedo meñique se engancha en las espinas, siento el arañazo e instintivamente me llevo el dedo a la boca. Ese gesto me hace pensar en la noche vivida. Solo es sexo, sexo del bueno, sexo salvaje. Física, química, matemáticas y todas las ciencias puras entre las sábanas. Miro la nota que acompañaba al ramo, la firma de mi marido bajo la felicitación de cumpleaños. Su letra perfecta, impoluta, delicada. Mi marido viaja constantemente por negocios, yo sigo con mis clases de español para extranjeros. Él suele bromear con la libertad que me deja para tener una aventura, aquí, en esta ciudad llena de extranjeros. Yo le reprocho su ausencia. John, Richard, Frank, Paul… forman parte de mis conquistas desde que me tomé en serio sus br

Matemáticas

No me salen las cuentas, me acostumbré a contar con los dedos; ahora, con las manos repletas de letras me faltan el pulgar y el índice para sumar instantes. Me sobran sueños, me sobran miedos, me sobran riesgos, me sobran ideas, y me falta esa forma infantil de contar, mientras bailan los números en mi cabeza. No me salen las cuentas, si me llevo dos, siempre me sobran pensamientos, si resto, siempre me falta algún verso. Y me sobran espacios en blanco, me sobran leyes, me sobran mentiras, me sobran odios, y me falta siempre un abrazo de los míos, en las horas de obligada distancia.  No me salen las cuentas, enlazo relatos en la memoria mientras reto a la página en blanco, y la enfrento,  le cuento historias, anécdotas, recuerdos, y me salto algún renglón donde esconder la pena. En el doblez de otro cuaderno  habré guardado las lágrimas, las muchas que me desbordan, las muchas que escondí mientras seguía el cauce de este río de la vida  donde debo aprender a lavar las faltas ajenas, do

RECUPERAR LOS DÍAS

Escribo para espantar a los fantasmas, para luchar contra los miedos que acechan el futuro; escribo para traer luz en los días de sombras, como forma de olvidar el dolor y guardar el pasado en el cajón de lo vivido.  Escribo por cada una de las horas que he desperdiciado, para recuperar los días de algún mes favorito y desquitarme así de los fracasos y errores,  del mal humor que acecha en cualquier esquina, me envuelve, y me transforma en un ser que desconozco.  Escribo para ocupar los escasos segundos restantes de mi tiempo, los huecos que el desaliento deja en el costado, quizás para ofrecer a los míos un trocito de mí, apenas unos gramos del roce de esta piel que ya no reconozco.  Escribo para no dormir el sueño de los justos, para no avivar las injusticias, para poner en palabras lo que siento y evitar que se pudra el sentir, en un rincón de mi memoria.  Escribo para despertar al amor, a la pasión, al desaliento, al pobre, al estudiante, al exiliado, a la mujer que me hace diferen

Viajes

Perder el tren... ver pasar los vagones; una sombra ocre frente al verde de la arboleda, un haz de color que se funde con el paisaje un soplo de aire que se lleva los miedos, apenas una leve brisa al paso del convoy al que confiar los anhelos.  Perder el tren cuando ya no te encuentras, decidir alejarte del andén donde quedará olvidado el equipaje. Recoger en el pecho el aire que pretende escapar, un tesoro, en forma de suspiro,  que dejas marchar a tu antojo, despacio, sin prisas, inspiración y espiración vaciando el dolor, la pena se desvanece, en un traqueteo adormecedor, quedas ahí, mirando al horizonte, incapaz de abandonar los recuerdos, aferrada al último viaje.   Hasta la luna se ha marchado esta noche, todo está mejor a oscuras, todo está mejor, ahora. Carmen Martagón ©