Ir al contenido principal

Sobre la soledad

Llueve como en diciembre,
aún no me acostumbro a este discurrir de los días grises.
Llueve sobre esta senda en la que se ha convertido la vida,
este laberinto sin salida,
en el que vago perdida y sin rumbo.

Llueve entre tu mirada y la mía,
fluye una cortina de agua que nos impide ver la realidad;
los días detenidos, las horas empapadas de nostalgia,
chorrea el agua entre los pliegues de esta soledad compartida.

Llueve en el tránsito de cada etapa,
hemos perdido la costumbre de navegar entre las sábanas;
se transformó este amor
en un reseco arroyuelo de montaña;
ya no llueve pasión entre tus manos,
seca la fuente de los besos,
secas las risas compartidas.

Las palabras, cortadas por las seguetas del olvido,
monosílabos incomprensibles,
con los que apenas llegamos a entendernos.

La lluvia ha empañado los recuerdos,
ahogando el pasado y el futuro.

Llueve sobre el presente,
aquí y ahora,
llueve en mis mejillas;
se han empapado las pestañas
en el desborde de este río que me ahoga.

Llueve como aquel Diciembre en que nos conocimos.
¿Nos conocimos?
tal vez, la tormenta me ayudó a inventarte,
se desbordó la imaginación,
y creó este cieno en mi memoria.

Nunca me gustó la soledad.
Es hermoso caminar con la llovizna, esperando un beso.

Carmen Martagón ©

Comentarios

Entradas populares de este blog

CANELA EN RAMA

"Canelita en rama eres mi niña bonita..".  Aquella tarde le vino a la memoria esa frase tan escuchada cuando pequeña. Estaba preparando un arroz con leche para sus nietos y había puesto los ingredientes sobre la mesa. El limón para echar la corteza en la leche, la canela en rama y el azúcar... De pequeña no sabia que significaba aquella frase que su abuela le decía, cada vez que preparaba arroz con leche o torrijas y usaba la canela como ingrediente. Ella siempre quería ser quien alcanzara, en la alacena de la cocina de su abuela, el bote de cerámica donde se guardaba la canela en rama. Para hacerlo se subía en la silla verde lacada, con finas patas de aluminio que parecía iban a romperse al sentarse, y se empinaba para llegar a él, siempre bajo la atenta mirada de la abuela. Cuando conseguía abrir el bote le pasaba las ramas de canela y su abuela repetía la frase acariciando su mejilla. - ¿ Qué significa eres canelita en rama mamá?.- Preguntó un día a ...

Silencio

 Silencio  “Se bebe té para olvidar el ruido del mundo”. T’ien Yiheng. Silencio  Hay demasiado ruido alrededor,  ruido innecesario y perturbador que te aleja de ti misma,  necesitas instantes donde encontrarte, instantes para buscar el silencio mientras escondes el grito atronador del dolor.  Hay demasiadas voces a la vez  te dicen si puedes o no, si estás o no, lo que debes hacer cada minuto.  Hay demasiadas voces de este mundo,  dejando mudo el pensamiento, atacando cada palabra no dicha, tratando de ocupar todo tu ser. Naciste más cerca del silencio, tu llanto de entonces ya no se recuerda, y ahora necesitas beberte a sorbos el ruido  y que todo esté mudo y callado, para pensarte y sentirte, para que nadie más te sienta.  Necesitas quedarte ausente algún tiempo, mientras los gritos se apaciguan  mientras el dolor se diluye en una taza de dulzura, en unas gotas de ausencia, en una leve sonrisa… o en un ritual que nadie entien...

EXTRAÑARTE

Nos adelantó la #muerte por la izquierda,  no la vimos llegar aún presintiéndola,  nos dejó sin palabras, sin el abrazo suave al despedirnos,  sin ese tiempo justo y necesario donde dejarte ir,  para extrañarte.  No se quien inventó la “ley de vida” ni que ley viene a negarme tu presencia,  un tiempo más, algunos pocos años,  hubieran sido pocos en mis días. Sigo llorando al paso de los años  sigo extrañando ser, estar y haber estado,  no me acostumbro a este silencio de tu muerte,  ni a este llamarte a gritos de mi vida.  Carmen Martagón