Aquella noche mamá nos reveló su plan
secreto, saldríamos en una hora todos juntos, ella llevaría en el
"Kanga" al pequeño Keita, que estaba comenzando a dar sus primeros
pasos. Debíamos dirigirnos calle arriba, en absoluto silencio, sin
soltarnos de las manos. Papá nos esperaba en la playa, para subir en un
bonito barco, que nos llevaría a un lugar donde no tendríamos que escondernos de los hombres de ojos fieros.
Mi hermano Alí lloró durante horas, porque no podíamos llevar a Puka,
nuestra perra. Mi hermana Shaira no se separó de su muñeco de trapo y yo
tenía mucho miedo, pero era el hermano mayor y los mayores debemos ser
los fuertes.
Desde la playa, el mar se veía tan oscuro como los fieros ojos de los hombres que mataron a nuestro vecino Enam, por infiel. Alí y yo lo vimos todo.
En el barco hacía frío, todos lloraban y rezaban, incluida mamá. Yo aprovechaba la oscuridad para llorar sin hacer ruido, como hermano mayor debía demostrar que era fuerte, tanto como papá. Mi padre guardaba silencio, pero sus espasmos a mi lado me sobresaltaban. Seguro que tenía frío, papá es un valiente y no le teme a la oscuridad.
Carmen Martagón ©
*Kanga, nombre que se da en áfrica al portabebés.
Desde la playa, el mar se veía tan oscuro como los fieros ojos de los hombres que mataron a nuestro vecino Enam, por infiel. Alí y yo lo vimos todo.
En el barco hacía frío, todos lloraban y rezaban, incluida mamá. Yo aprovechaba la oscuridad para llorar sin hacer ruido, como hermano mayor debía demostrar que era fuerte, tanto como papá. Mi padre guardaba silencio, pero sus espasmos a mi lado me sobresaltaban. Seguro que tenía frío, papá es un valiente y no le teme a la oscuridad.
Carmen Martagón ©
*Kanga, nombre que se da en áfrica al portabebés.
a veces la realidad supera a la ficcion
ResponderEliminarSin duda así es, en la mayoría de los casos. Muchas gracias por tu comentario Agustín
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