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La fortuna...



Empezar camino
con el pie derecho,
pasar bajo la escalera,
cruzarte con la mirada dorada
del gato negro que te acecha.


Sea pues Martes o Viernes,
poder embarcar cualquier día,
incluso en trece,
cruzar los dedos,
prender las velas
unas velas blancas
y zarpar sin rumbo
hacia otras tierras.

Que no es la suerte
la que ha marcado cada minuto,
fueron las líneas de tu destino,
las manos blancas de tu alborada,
fue la ruleta de la fortuna,
tal vez el todo,
quizás la nada.

Carmen Martagón ©

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