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No son cuatro paredes.


 
Y se quedan atrás los muros vacíos,
entre aquellas paredes donde reinó la risa,
la vida, la lectura, la paz y la armonía,
entre aquellos ladrillos donde sonaba el llanto
sólo como preludio del hambre de un bebé.


Las paredes se irán descomponiendo,
caerá el papel pintado que elegiste,
ya no habrá luz para alumbrar la vida cotidiana
y el sol ya no será el primer visitante en las mañanas,
ni sonarán urgentes las voces para el baño.

Ya no habrá ruido de platos en los fogones,
las tazas chocando en aquellos desayunos familiares,
las sillas que se arrastran, la tele que se enciende,
el silencio reinante será una pesadilla
en aquellas paredes donde reinó la vida.

No mirarás atrás porque llevas contigo los recuerdos,
las angustias de lo desconocido,
los miedos ante el futuro más incierto,
pero miras a un lado y les ves indefensos,
abandonando su mundo y sus recuerdos,
que son más que unos muros
y que van a dolerles más allá de este tiempo.

Carmen Martagón ©

Comentarios

  1. Está muy bien expresada toda la Alegría y eso me gusta mucho

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