Mírame a los ojos,
dime cómo espero la Paz que tú proclamas,
la que dices que es blanca,
esa que inventas en forma de paloma
y que lanzas al aire con unos simples versos.
Cuéntame si puedes
¿Dónde está el galardón y a quién se lo concedes?
¿Cómo encuentras la Paz en un objeto, un diploma, un discurso?
¿Para qué?
Si nadie consigue parar las bombas que me llenan de sangre,
que reavivan los miedos
y convierten en odio las risas y los juegos.
Dame una explicación,
al terror, la barbarie,
al corazón que late más rápido por miedo,
a este sufrir constante, al penar de pequeño
por llorar a los míos
que se fueron sin tiempo.
Y mantén la mirada
mientras vas a explicarme
¿Quién te ha dado permiso para matar mis sueños?
¿A qué dios te encomiendas cuando vendes las armas?
¿Cómo puedes decir que te apena la guerra?
Tú no escuchas las balas, ni te tiembla la boca cuando pides la Paz,
me cierras las fronteras
y tapas tus oídos a los gritos, sin más...
Mírame a los ojos,
no apartes la mirada,
no me robes mi tierra
y no me hables de Paz cuando pase la guerra.
Carmen Martagón ©
¿Dónde está el galardón y a quién se lo concedes?
¿Cómo encuentras la Paz en un objeto, un diploma, un discurso?
¿Para qué?
Si nadie consigue parar las bombas que me llenan de sangre,
que reavivan los miedos
y convierten en odio las risas y los juegos.
Dame una explicación,
al terror, la barbarie,
al corazón que late más rápido por miedo,
a este sufrir constante, al penar de pequeño
por llorar a los míos
que se fueron sin tiempo.
Y mantén la mirada
mientras vas a explicarme
¿Quién te ha dado permiso para matar mis sueños?
¿A qué dios te encomiendas cuando vendes las armas?
¿Cómo puedes decir que te apena la guerra?
Tú no escuchas las balas, ni te tiembla la boca cuando pides la Paz,
me cierras las fronteras
y tapas tus oídos a los gritos, sin más...
Mírame a los ojos,
no apartes la mirada,
no me robes mi tierra
y no me hables de Paz cuando pase la guerra.
Carmen Martagón ©
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