"La piel de no rozarla con otra piel se va agrietado..."
Bertolt Brecht
No permitas que mi piel se agriete
por no rozar la tuya,
que haya un desierto surcando mis labios
a falta de tus besos,
no permitas que se apague de un soplo
el brillo de mis ojos
por no encontrarme cerca la mirada que anhelo.
No quiero olvidar que mi cuerpo a tu lado
se convierte en un bosque cargadito de vida,
que mi alma y la tuya se transforman en rio,
y fluyen entre besos, caricias y suspiros.
Quiero guardar en la memoria de un instante
esa mirada ardiente que derrite mis miedos,
que me acompaña como luz en lo oscuro,
y me susurra cuando todo es silencio.
No permitas que me vuelva desierto,
refresca mi piel en esa lluvia de amor,
donde el cuerpo se transforma en caudal
de este río por el que navegamos,
que se ha convertido en deseo.
Carmen Martagón ©
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