La cara lavada
por un mar de lágrimas,
el alma obstinada,
mujer insistente con giros de ingenua,
una vida escrita en cada batalla,
perseverante en sueños y proezas.
Tiene en su cuerpo
la sencillez de un nombre,
canción cercana con ritmo constante,
el hogar y el verso,
la risa que arde,
instante que pasa
que se ofrece eterno.
Tiene el corazón
mil veces remendado,
las heridas del tiempo
horadaron su carne,
la volvieron de hielo
que se derrite al aire.
La firmeza en las manos,
la fuerza en la palabra,
la pasión en los versos,
mujer de mil silencios,
la rabia en sus adentros,
tibieza en la mirada.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocío Escudero ©
la sencillez de un nombre,
canción cercana con ritmo constante,
el hogar y el verso,
la risa que arde,
instante que pasa
que se ofrece eterno.
Tiene el corazón
mil veces remendado,
las heridas del tiempo
horadaron su carne,
la volvieron de hielo
que se derrite al aire.
La firmeza en las manos,
la fuerza en la palabra,
la pasión en los versos,
mujer de mil silencios,
la rabia en sus adentros,
tibieza en la mirada.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocío Escudero ©
Así eres tú,...toda una gran mujer y buena persona.
ResponderEliminarSigue con tus palabras tan hermosas y contundentes,...las que calan, transmiten y se cuelan en tejidos bordados con el corazón.
Muackkk
Gracias amiga. siempre bonitas palabras para mi. un beso enorme!!!!
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