Nunca más...
No dejes que tu cuerpo sea como la arena,
un lugar de paso, donde dejar huellas,
que nos sea tu cara ese espejo triste
bañado en la pena.
Nunca más...
Que el agua que inunde tu cara sea la que refresca,
que sea de una playa, o sea de la lluvia,
y no haya más lágrimas que mojen la arena.
Nunca más...
Que no sea tu boca fuente de suspiros,
que no sean tus labios pétalos morados,
y sólo se posen sobre tus mejillas,
delicados dedos de pequeñas manos...
Texto: Carmen Martagón ©
Foto: Rocío Escudero ©
Expresas de forma maravillosa una triste realidad.
ResponderEliminarOjalá nunca tengas que volver a escribir sobre el maltrato a las mujeres, pero por desgracia creo que no será así.
Gracias por compartir Carmen.
Gracias a tí por pararte a leer Javier. Es una triste realidad, ojalá se terminara de una vez.
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