Cómo le duele la ausencia al que se queda,
duele el lento pasar de los minutos sin la sonrisa amada,
duele mirar la puesta de sol y la alborada,
duele hasta el respirar, duele la nada...
Cómo duele saber que no estará,
que ya no habrá ni esperas ni mañanas,
se acabarán las risas, las miradas,
las manos enlazadas, la brisa del mar,
las madrugadas...
Cómo duele...
El dolor que desgarra te recuerda
que no hay olvido que pueda enmascarar la ausencia,
que no hay razones que alivien las horas,
esas que ya no están, esas que sobran.
Texto y foto: Carmen Martagón ©
que ya no habrá ni esperas ni mañanas,
se acabarán las risas, las miradas,
las manos enlazadas, la brisa del mar,
las madrugadas...
Cómo duele...
El dolor que desgarra te recuerda
que no hay olvido que pueda enmascarar la ausencia,
que no hay razones que alivien las horas,
esas que ya no están, esas que sobran.
Texto y foto: Carmen Martagón ©
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