Primera celda de Miguel Hernández en Rosal de la Frontera
(Huelva)
Se olvidó aquella España de cantar la nana del poeta...
Nadie recordó los versos, los textos, la pluma, las palabras.
Se olvidó aquella España de repetir su apellido
se olvidó hasta del nombre, de su cuna y su casa...
No fue el poeta sombra de lo que era
entre aquellas paredes sombrías,
entre aquellas miradas hirientes,
entre aquellas caras que no conocía
no fue poeta no...
fue uno más de los que ya no vuelven.
Fue ese rayo incesante en la tormenta,
ese fiel labrador de verso y letra,
fue entre la oscuridad la rima inquieta
grito de libertad, cárcel incierta,
la inquietud y el afán mueve al poeta.
No es de Miguel Hernández la condena,
es del hombre y su ser, del campesino
fue de aquel que calló, de aquel que dijo
fue de aquellos que siguen el camino,
una condena a muerte y al olvido.
Rescatado al fin de la condena,
duermen ya en paz versos y letras
duerme el poeta y en su nana,
se asoma la luna en la ventana,
recitan jilgueros y alondras
los versos que aquella España calla...
Rescatado al fin de la Sentencia
que condenó su cuerpo a la penumbra,
hoy se leen sus versos en la escuela,
se le ha dado ese lugar perdido,
ese lugar que le fue arrebatado,
esa condena a muerte y al olvido...
No me olvido de cantarle la nana,
a ese niño que llora en la penumbra,
duerme niño, que te acuna el tiempo,
sueña con los campos y la luna,
sueña con el sol de Andalucía,
con los arrozales de Valencia,
con los Azahares de Orihuela,
con los ojos amor de quien te espera...
Sopla el Viento del pueblo y se lleva la pena...
se lleva la tristeza y el olvido
se lleva la muerte y la condena.
Texto y Foto: Carmen Martagón ©
* II Encuentro de Poetas Arabigo Andaluces con Miguel Hernández en Rosal de la Frontera
que hueco nos dejó Miguel Hernández con su muerte, que agujero nos hicieron con su asesinato.
ResponderEliminarUn hueco insalvable sin duda. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
EliminarLeí los primeros poemas escritos por Miguel Hernandez cuando era un alunmo de 5º de bachillerato, curso 71/72. Raimundo Laviana, profesor de literatura, tuvo la culpa. De todas las lecturas que a lo largo del curso nos exigia teniamos que elegir un autor y hacer un trabajo de fin de curso para nota. A mi el conocimiento de aquella poesia, casi prohibida entonces - su autor apenas si se mencionaba su nombre en el libro de Literatura -, me llevó a elegir el libro Vientos del pueblo para mi trabajo de autor preferido... y conocer casi toda su obra y disfrutar con las versiones cantadas de J. M. Serrat y otros cantautores de la época. Un grande entre los grandes que la maldita mala leche de los facistas nos arrebataron...como a Lorca, como a Machado y a tantos y tantos genios de los que este pais es huerfano desde entoces. Un abrazo Carmen.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, me alegra traer con mis versos recuerdos del pasado. Un abrazo!!!
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