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Huelva: la luz de mi ría...

... y comienza el poema:
"... Con ese descaro de luz que me mira tu ría
con esa calma intensa que me aprisiona..."


Bañada por el Atlántico, frontera con Portugal, kilómetros de fina arena, playa, pinares, marisma, condado, andévalo y sierra... HUELVA... 
  
Los arqueólogos buscan sus orígenes en la desconocida Tartessos, esa próspera civilización, metalúrgica y comercial, la llamada primera civilización de occidente.
Cuna del descubrimiento y del fútbol , de tradición minera, marinera y agrícola. Cargada de fe, devoción,  tradición,  cultura e historia.  "Huelva la luz" la llaman, porque el astro rey la baña con sus rayos durante todo el año más de 3.000 horas. 
Y sí, ... claro que mi Huelva tiene una ría. Con una impresionante explosión de colores al atardecer...














La capital y la provincia se llena del bullicio de su gente en Ferias, Fiestas y Romerías, cualquier excusa es buena para disfrutar de la más hermosa luz y degustar los manjares que el mar y la sierra ofrece al visitante.
Lugares emblemáticos nos ofrecen lo mejor de su gente, la sonrisa, el abrazo, la calidad humana. Huelva se emociona y emociona con su devoción marinera, marismeña o serrana, con el sentir de su Semana Mayor, con cada rayo de luz en el llano o en la sierra, con los atardeceres que ofrecen el mar, la ría o la marisma, la belleza de su Parque Nacional o la inmensidad de su Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Bañada fundamentalmente por dos ríos, el Tinto y el Odiel y unida a Portugal en las orillas del Guadiana, Huelva tiene el sabor, el color y el olor que le da la tierra, una tierra fértil que vive asomada al Océano infinito...



Con ese descaro de luz que me mira tu ría
con esa calma intensa que me aprisiona,
tus montañas de sal me nublan la mirada
tanta explosión azul me tiene enamorada...

Con esa vanidad que asomas a mirarte
en el cruce insolente de tus dos viejos ríos,
con esa claridad del cielo despejado
las nubes no se van porque ya te han mirado...

Hay gaviotas que van mirándose en la ría.
barquillos de papel que cruzan por tus aguas,
hay niños que se duermen soñando con tu calma
y mayores que cuentan historias de tu alma. 

Marinera, minera, soñadora y callada
la fiel descubridora de marinos inquietos,
forjada por aquellos que dejaron su vida
aquellos que te extrañan con cada despedida.

Texto y Fotos: Carmen Martagón ©

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