Por sus manos surcadas de arrugas,
abultadas venas y salteados lunares,
resbalan las frías gotas de la vejez,
diluida en el transcurrir de tanta soledad.
Yace olvidado sobre el regazo,
el trapo de secar los enseres de la vajilla;
se le cansaron las piernas de aguantar su cuerpo desgastado,
se le cansó el temperamento a fuerza de estar sola.
Trozos de porcelana fina yacen en el viejo parqué;
se mira en el cristal de la ventana y no se reconoce,
la edad no es solo un número sobre los hombros,
es un pasar los días añorando,
una mirada atrás por cada lustro,
una amanecer más, un atardecer menos.
Fotos de otro tiempo sobre la encimera,
risas y mentes despreocupadas,
miradas inocentes, cuerpos de ausencia, muchas primeras veces inmortalizadas en descoloridas cartulinas.
Le gusta recrearse, posando los ojos cansados
en cada historia vivida,
las mira, sintiéndose parte de este mundo.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocío Escudero Alfonso ©
Así de triste es el paso de los años... precioso amiga!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Amiga. Besitos.
Eliminar¡Qué belleza y cuánto amor y delicadeza en la descripción de esas manos, en la mirada creadora sobre las viejas fotografías!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas gracias. Un abrazo fuerte.
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