No soy la última víctima,
tras de mí, quedarán muchas otras en vida.
Quizás, en este instante en el que acabo
alguna muere lentamente en su miseria,
sin más entierro que el interior de sí misma,
el encierro de una historia que debió ser de amor.
No, no soy la última, soy un día más del calendario,
la lista inacabada,
el minuto de silencio que se suma
a la vida que se resta.
Soy llanto silencioso de los míos,
la esquela del último diario,
la que apertura las noticias comarcales,
el cierre de un periódico digital al que nadie llega.
Soy el atardecer que no verán mis ojos
espesa negrura de la noche,
soy una sombra que desaparece,
se marcha la luz, marcha la vida,
y todos los recuerdos se acaban,
el presente se detiene para no ser futuro.
No soy la última,
marcharán tras de mí, con mirada de rabia,
todas las Rosas, las Penélopes,
las Auroras,
y se quedarán, llorando su mala suerte,
penando la indiferencia, un montón de Lolas, Águedas, Lauras, Susanas...
y alguna Carmen que nunca será libre,
ni ahogará su pena en una canción.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocío Escudero Alfonso ©
tras de mí, quedarán muchas otras en vida.
Quizás, en este instante en el que acabo
alguna muere lentamente en su miseria,
sin más entierro que el interior de sí misma,
el encierro de una historia que debió ser de amor.
No, no soy la última, soy un día más del calendario,
la lista inacabada,
el minuto de silencio que se suma
a la vida que se resta.
Soy llanto silencioso de los míos,
la esquela del último diario,
la que apertura las noticias comarcales,
el cierre de un periódico digital al que nadie llega.
Soy el atardecer que no verán mis ojos
espesa negrura de la noche,
soy una sombra que desaparece,
se marcha la luz, marcha la vida,
y todos los recuerdos se acaban,
el presente se detiene para no ser futuro.
No soy la última,
marcharán tras de mí, con mirada de rabia,
todas las Rosas, las Penélopes,
las Auroras,
y se quedarán, llorando su mala suerte,
penando la indiferencia, un montón de Lolas, Águedas, Lauras, Susanas...
y alguna Carmen que nunca será libre,
ni ahogará su pena en una canción.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocío Escudero Alfonso ©
Tú eres femenino singular, única, exclusiva, la sonrisa apaisada, mi Martagona.
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