Ir al contenido principal

Infiel



La brisa secreta de este amor
llegó como un huracán,
arrancando pasiones no correspondidas.

Gritamos a los vientos que amamos,
susurramos a la luna el pecado original
entregando a las olas nuestros cuerpos,
en esta marea que nos arrastra.

Tú, mi veneno,
sueño carnal, en noches estivales,
rompes el sentir helado de esta piel
que se abandona al calor de tus manos,
y termina en la maraña de un amor intenso.

Tú, mi pecado; vida y muerte,
blanco y negro, cielo e infierno.
Delito capital entre los labios,
entre las piernas, en el abrazo.
Lujuria sin conciencia que me arrastra
y me eleva a los cielos del deseo.

La brisa hiela la razón en este invierno,
el oleaje de los cuerpos enlazados
transforma en primavera los momentos;
se ha calmado el Céfiro.

Regresó la niebla que precede a la lluvia,
regresó el viento a revolver mi vida.
No tengo donde hayar refugio,
te has marchado con la última marea.

He perdido el paraguas olvidado en cualquier bar,
en una mesa, donde el café, como mi cuerpo, también se enfría.

Carmen Martagón ©

Comentarios

Entradas populares de este blog

CANELA EN RAMA

"Canelita en rama eres mi niña bonita..".  Aquella tarde le vino a la memoria esa frase tan escuchada cuando pequeña. Estaba preparando un arroz con leche para sus nietos y había puesto los ingredientes sobre la mesa. El limón para echar la corteza en la leche, la canela en rama y el azúcar... De pequeña no sabia que significaba aquella frase que su abuela le decía, cada vez que preparaba arroz con leche o torrijas y usaba la canela como ingrediente. Ella siempre quería ser quien alcanzara, en la alacena de la cocina de su abuela, el bote de cerámica donde se guardaba la canela en rama. Para hacerlo se subía en la silla verde lacada, con finas patas de aluminio que parecía iban a romperse al sentarse, y se empinaba para llegar a él, siempre bajo la atenta mirada de la abuela. Cuando conseguía abrir el bote le pasaba las ramas de canela y su abuela repetía la frase acariciando su mejilla. - ¿ Qué significa eres canelita en rama mamá?.- Preguntó un día a ...

Pertenencia

Nada nos pertenece,  ni en la vida, ni en la muerte.  Somos efímeros: gota de agua,  flor cortada,  hierba de otoño,  hojas caducas,  viento del este.  Nos han prestado este tiempo indefinido,  no sabemos cómo ni #por qué, ni sabemos cuánto ni cuándo,  y nos pasamos las horas, los minutos, los segundos: airadas, ansiosos, expectantes,  somnolientas, celosos, aburridas,  impacientes, violentos, recelosas…  se nos pasan los instantes sin poder respirar o inhalando a contratiempo.  Nada nos pertenece, ni nuestra propia existencia,  estamos aquí  viviendo ausentes,  olvidando esas pequeñas cosas  que deberían importarnos de verdad.  Carmen Martagón 

EXTRAÑARTE

Nos adelantó la #muerte por la izquierda,  no la vimos llegar aún presintiéndola,  nos dejó sin palabras, sin el abrazo suave al despedirnos,  sin ese tiempo justo y necesario donde dejarte ir,  para extrañarte.  No se quien inventó la “ley de vida” ni que ley viene a negarme tu presencia,  un tiempo más, algunos pocos años,  hubieran sido pocos en mis días. Sigo llorando al paso de los años  sigo extrañando ser, estar y haber estado,  no me acostumbro a este silencio de tu muerte,  ni a este llamarte a gritos de mi vida.  Carmen Martagón