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HOY



Divinos tesoros: la juventud, la amistad, el amor, la verdad. 

           Nos pasamos la vida alabando esos tesoros, extrañándolos, añorando su llegada o temiendo su marcha. Pero, como todo aquello que nos pertenece alguna vez, lo dejamos en el olvido cuando lo tenemos. Es como esa lluvia, cierta y necesaria, que esperamos y admiramos tras la ventana, esa misma que resbala en nuestras manos para no regresar. Ese agua tan odiada cuando nos moja el cabello de forma inesperada.
           Los cuentistas, los grandes contadores de historias, han pintado piratas y rufianes en busca de tesoros inventados, tesoros marcados en un mapa con una X gigante, siguiendo un itinerario complicado, que no lleva hasta ninguna parte.
           Nos pasamos la vida buscando la X de nuestro mapa, sin darnos cuenta que el mayor tesoro está en nuestro presente. Lleva nombre: Juan, Carmen, Ángel, Rocío o Lucía. Lleva cargo: mamá, papá, compañero de trabajo, maestra, hermano. Y está situado en el punto más cercano de la existencia: aquí y ahora. Basta mirar alrededor para encontrarlo y es nuestro mayor tesoro.
           Lástima, la ceguera humana para lo importante. No me busques mañana, no me beses mañana, no me llames mañana, hazlo ahora. Puede que mañana me vaya para no volver...
           Puede... 

Carmen Martagón ©

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CANELA EN RAMA

"Canelita en rama eres mi niña bonita..".  Aquella tarde le vino a la memoria esa frase tan escuchada cuando pequeña. Estaba preparando un arroz con leche para sus nietos y había puesto los ingredientes sobre la mesa. El limón para echar la corteza en la leche, la canela en rama y el azúcar... De pequeña no sabia que significaba aquella frase que su abuela le decía, cada vez que preparaba arroz con leche o torrijas y usaba la canela como ingrediente. Ella siempre quería ser quien alcanzara, en la alacena de la cocina de su abuela, el bote de cerámica donde se guardaba la canela en rama. Para hacerlo se subía en la silla verde lacada, con finas patas de aluminio que parecía iban a romperse al sentarse, y se empinaba para llegar a él, siempre bajo la atenta mirada de la abuela. Cuando conseguía abrir el bote le pasaba las ramas de canela y su abuela repetía la frase acariciando su mejilla. - ¿ Qué significa eres canelita en rama mamá?.- Preguntó un día a ...

Pertenencia

Nada nos pertenece,  ni en la vida, ni en la muerte.  Somos efímeros: gota de agua,  flor cortada,  hierba de otoño,  hojas caducas,  viento del este.  Nos han prestado este tiempo indefinido,  no sabemos cómo ni #por qué, ni sabemos cuánto ni cuándo,  y nos pasamos las horas, los minutos, los segundos: airadas, ansiosos, expectantes,  somnolientas, celosos, aburridas,  impacientes, violentos, recelosas…  se nos pasan los instantes sin poder respirar o inhalando a contratiempo.  Nada nos pertenece, ni nuestra propia existencia,  estamos aquí  viviendo ausentes,  olvidando esas pequeñas cosas  que deberían importarnos de verdad.  Carmen Martagón 

EXTRAÑARTE

Nos adelantó la #muerte por la izquierda,  no la vimos llegar aún presintiéndola,  nos dejó sin palabras, sin el abrazo suave al despedirnos,  sin ese tiempo justo y necesario donde dejarte ir,  para extrañarte.  No se quien inventó la “ley de vida” ni que ley viene a negarme tu presencia,  un tiempo más, algunos pocos años,  hubieran sido pocos en mis días. Sigo llorando al paso de los años  sigo extrañando ser, estar y haber estado,  no me acostumbro a este silencio de tu muerte,  ni a este llamarte a gritos de mi vida.  Carmen Martagón