Hoy llueven versos, y entre las líneas que empapan mi cuaderno, —ése pequeño, de pastas amarillas— he leído tu nombre. He recogido las estrofas de los charcos, antes de que los niños salten y enturbien los recuerdos de tu risa, los árboles hidratan sus hojas para escribir en ellas los juegos de infancia de los parques, aquellos besos a escondidas bajo su tronco olvidado y centenario. Sobre el columpio, se escribieron las risas de luna en nuestras tardes de niñas, y entre la arena, donde jugábamos a ser madres, la comida me ha sabido salobre, como las lágrimas. Hoy llueven cuentos, la casita no es de chocolate pero no perdió el olor a infancia, la inocencia del primer sonrojo, el asombro ante la caricia, la sonrisa muda tras el primer beso, ése que apenas roza la comisura y que se queda para siempre prendido entre los dedos. Hoy me llueve la vida, sobre las líneas de esta piel en cuarentena, sobre el dedo anular hoy despoblado, sobre el papel que...
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...