Unas letras para que nos fijemos en los pequeños detalles. Para beber la vida...
A sorbos
El primer sorbo de café recién hecho,
la brisa fresca que toca tu rostro cuando aprieta el calor,
las gotas de lluvia impregnando la arena.
El primer beso enamorado,
la ducha tras un día agotador,
el abrazo pequeño de un niño,
la mirada tierna de tu perro
o las delicadas manos de un bebé agarrándose a la vida.
Las gafas que devuelven claridad a los miopes,
la luna asomando para mirarse en el mar,
una noche estrellada,
el ruido de las olas rompiendo en la orilla.
Tengo una lista inmensa para compartir,
seguro pensarás en otras tantas, al terminar.
Si te apetece, te leo un libro
o lo lees tú,
no sabe igual el último sorbo del café;
la sorpresa está plagada de encantos.
Ven, asómate y te sorprendes,
estaré aquí cuando despiertes,
te espero en esta vida cuarteada.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocio Escudero Alfonso ©
A sorbos
El primer sorbo de café recién hecho,
la brisa fresca que toca tu rostro cuando aprieta el calor,
las gotas de lluvia impregnando la arena.
El primer beso enamorado,
la ducha tras un día agotador,
el abrazo pequeño de un niño,
la mirada tierna de tu perro
o las delicadas manos de un bebé agarrándose a la vida.
Las gafas que devuelven claridad a los miopes,
la luna asomando para mirarse en el mar,
una noche estrellada,
el ruido de las olas rompiendo en la orilla.
Tengo una lista inmensa para compartir,
seguro pensarás en otras tantas, al terminar.
Si te apetece, te leo un libro
o lo lees tú,
no sabe igual el último sorbo del café;
la sorpresa está plagada de encantos.
Ven, asómate y te sorprendes,
estaré aquí cuando despiertes,
te espero en esta vida cuarteada.
Carmen Martagón ©
Foto: Rocio Escudero Alfonso ©
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