Quiero dejar mis vacíos sin nada que los alivie, que corra el aire a través de ellos, que jueguen en mis recovecos: la pena, la angustia y el miedo, que se recojan ahí, justo en ese rincón donde duele. Quiero dejar al aire mis ausencias, las miserias ajenas que me inundan, la mentira, la sonrisa hipócrita, la conveniencia, que viene cuando nadie la llama, donde ya no la espero no es bien recibida. Quiero empezar a reconocerme en las líneas vacías de mi vida, en las sonrisas escondidas y en las miradas esquivas, aprender a ser casi feliz en la penumbra, las noches son frías y a veces duelen. Tengo que aprender a acurrucarme a solas. ¿Quién dijo que llenar vacíos es imprescindible? Carmen Martagón
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...