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Poetas

Reniego del poema que no me paraliza,
reniego de los versos que no trastocan mis sienes,
reniego de cada sílaba, átona, tónica, sorda o sonora
que no me eriza la nuca o me arrebata el cuerpo.

Me sobran los poetas parlantes que ocultan sus miserias,
empeñados en mostrar las miserias del mundo,
los eméritos señores, expertos del papel en blanco,
empeñados en plagiar a Juan Ramón Jiménez, hasta en el uso maldito de la j.

No me cuentes lo que voy a encontrar entre tus versos,
tú, muéstrame las líneas, y deja que mi piel logre extraer el jugo,
que mis sentidos escuchen, miren, saboreen, y olfateen,
que hasta la piel se erice en el susurro del verso,
con el salpicar vibrante de las ondas sonoras.

Reniego de los verbos que no me descubren mundos nuevos,
que no me obligan al avance,
que son solo letras enlazadas,
para que el mundo lea.

Carmen Martagón ©

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