En días de lluvia me imagino saltando en los charcos
con unas botas rojas de lunares.
Disfruto al salpicar uno a uno los coches aparcados,
bajo y subo en las mojadas aceras,
y no llevo abrigo ni paraguas
que puedan resguardarme de las gotas.
En días de lluvia me imagino
besándote en la boca sin remedio,
mojándome contigo de alegría,
mientras que nos empapa la llovizna
o nos cala, hasta los huesos, el tremendo aguacero.
En días de lluvia, como hoy,
soy gato asustado en la ventana,
dibujo corazones con los dedos
en el cristal empañado del salón
y me imagino saltando en los charcos
con unas botas blancas de lunares,
mientras esquivo tus besos infantiles.
En realidad en días de lluvia leo,
mientras imagino la vida efímera de
cada gota en los cristales,
escribo unos versos dedicados a nadie
o escucho mi canción favorita
mientras una voz adolescente
canta, una y otra vez, el mismo rap.
Carmen Martagón ©
besándote en la boca sin remedio,
mojándome contigo de alegría,
mientras que nos empapa la llovizna
o nos cala, hasta los huesos, el tremendo aguacero.
En días de lluvia, como hoy,
soy gato asustado en la ventana,
dibujo corazones con los dedos
en el cristal empañado del salón
y me imagino saltando en los charcos
con unas botas blancas de lunares,
mientras esquivo tus besos infantiles.
En realidad en días de lluvia leo,
mientras imagino la vida efímera de
cada gota en los cristales,
escribo unos versos dedicados a nadie
o escucho mi canción favorita
mientras una voz adolescente
canta, una y otra vez, el mismo rap.
Carmen Martagón ©
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