Qué difícil se hace algunos días,
enlazar apenas tres versos
sin que el dolor desgarre las entrañas,
sin que la rabia descomponga la rima,
sólo te sale la vida en las palabras.
Qué duro es dar palos de ciego,
cerrándole al pasado las ventanas,
abriendo nuevas puertas al futuro
que se ha empeñado en demorarse,
tanto que, ni empieza, ni acaba.
¿De dónde saco los versos en presente?
¿Dónde guardo el dolor y el olvido?
si me presiona las entrañas cada día
todo aquello que guardo, que no he dicho.
¿Cómo hago para seguir sin miedo?
¿Cómo llamo de nuevo a otra puerta?
¿Cómo me empeño en salir de ese tiempo?
Si el corazón tiene la puerta abierta.
Carmen Martagón ©
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