No me creo tu Paz de carretera,
tus mensajes de amor envenenados,
tus palabras de obsoleto diccionario
y esos abrazos repartidos al viento,
que hasta al viento, le provoca rebotarlos.
No me convence tu charla interminable,
tus tacones de bruja deslenguada,
tu ropa de mujercita aniñada
y esas lágrimas y penas desteñidas,
que se borran, al segundo, de tu cara.
No son verdad los halagos que te dices,
la realidad se esconden tras tus miedos
inventas tus días como inventas tus versos
y esa vida que está, repletita de cuentos.
No le cuentes mentiras a la luna,
la luna sí conoce tus secretos
no le ruegues al mar que se lleve tus miedos,
porque el miedo está en tí, que no tienes sosiego.
Carmen Martagón
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