Rojo como la sangre que me inunda,
como el cielo cuando estalla en el ocaso
y el sol que se esconde deja paso a lo oscuro,
rojo, como las aguas del Tinto,
como el vino que se derrama en tu garganta,
como mi corazón, rojo.
Mi otoño tiene el color carmesí de los sueños,
ese que resalta sobre el negro,
que viene a manchar el blanco de las nubes,
ese que no se achica ante los necios,
ese...
Mi otoño tiene el color de los enamorados,
de las rosas que sacan las espinas
para defenderse,
de las amapolas solas y valientes,
de la roja y gualda que no se defiende...
Mi otoño es granate, rufo y encarnado,
no tiene fronteras en las que esconderse,
ni cantos, ni trinos, ni jotas o fados,
lleva en las entrañas la sangre del pobre
que se ha derramado.
Carmen Martagón ©
ese que resalta sobre el negro,
que viene a manchar el blanco de las nubes,
ese que no se achica ante los necios,
ese...
Mi otoño tiene el color de los enamorados,
de las rosas que sacan las espinas
para defenderse,
de las amapolas solas y valientes,
de la roja y gualda que no se defiende...
Mi otoño es granate, rufo y encarnado,
no tiene fronteras en las que esconderse,
ni cantos, ni trinos, ni jotas o fados,
lleva en las entrañas la sangre del pobre
que se ha derramado.
Carmen Martagón ©
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