Dame una sonrisa,
un beso robado bajo el muérdago,
el tintineo de cascabeles y campanas,
vísteme de rojo y verde la nostalgia,
colma de colores mis mañanas.
Dame un abrazo,
sincero, valiente y apretado,
ese que no olvidas, que se queda en los huesos;
vísteme de plata y cobre los recuerdos,
cubre de sentido mi pasado.
Ofréceme tus manos,
tu tiempo sin pensar, sin esperarlo,
tal vez por Navidad más añorado,
lo anhela el corazón más solitario,
lo brindas sin sentir, sin nada a cambio.
Dame la bienvenida con una corona de verdad,
plagada de flores frescas y brotes nuevos,
invitame a tu vida, pensando en libertad,
rechacemos el miedo, la maldad y lo eterno.
Te daré...
el verdadero espíritu que habita en el alma,
para desearte, una vez más
feliz vida, feliz año, feliz sueño...
Foto: Rocío Escudero ©
Texto: Carmen Martagón ©
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