Me gusta escuchar a la vida,
me revela lo bueno y lo malo,
lo sentido, lo vivido y esperado,
me cuenta si llorar ayuda,
si hoy he sido más niña que ayer,
si he crecido.
Me gusta escuchar los susurros
que me recuerdan bellas melodías,
las notas, los acordes, los silencios,
los espacios en blanco en este tempo,
los colores de las noches tristes,
si he fallado.
Me gusta escuchar cuando habla
de esos días de lluvia y tormenta,
de la calma que después se queda,
esa que ya casi olvido, esa que no llega,
mi paciencia.
Me gusta escuchar a la vida,
porque me habla de mí, de mis años,
me avisa de aquello que no he olvidado
y me hace crecer.
Por eso presto atención a lo que me rodea,
me detengo a escuchar,
sin hablar,
en silencio...
Carmen Martagón ©
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