Aquí estoy,
frente al espejo,
mirando en mis ojos
el espacio escondido,
más allá del miedo,
más allá del frio.
Te he mirado mujer,
y he visto a esa niña de ayer,
a la madre de tierna mirada,
dama silenciosa
que se esconde,
que parece dormida.
Encontré, en tus ojos oscuros,
la ilusión de lo nuevo,
la emoción ya dormida,
la pasión escondida
por los años sin besos.
Tras esa mirada se adivinan
las quimeras que aguardan tu regreso,
las verdades que nunca te has creído,
ese quiero y no puedo, que es... ¡Si quiero!
¡Claro que quiero! ¡claro que puedo!
Mirate en ese espejo,
no importa si no te devuelve la mirada,
a veces es esquiva,
teme que la descubran,
tiene miedo a vivir sin ataduras.
Mirate en el reflejo
que ofrece de tí el azogue,
ese que anda escondido
tras el cristal de todas las miradas
el que sabe de tu ser más que tu misma.
Ese...
Carmen Martagón ©
y he visto a esa niña de ayer,
a la madre de tierna mirada,
dama silenciosa
que se esconde,
que parece dormida.
Encontré, en tus ojos oscuros,
la ilusión de lo nuevo,
la emoción ya dormida,
la pasión escondida
por los años sin besos.
Tras esa mirada se adivinan
las quimeras que aguardan tu regreso,
las verdades que nunca te has creído,
ese quiero y no puedo, que es... ¡Si quiero!
¡Claro que quiero! ¡claro que puedo!
Mirate en ese espejo,
no importa si no te devuelve la mirada,
a veces es esquiva,
teme que la descubran,
tiene miedo a vivir sin ataduras.
Mirate en el reflejo
que ofrece de tí el azogue,
ese que anda escondido
tras el cristal de todas las miradas
el que sabe de tu ser más que tu misma.
Ese...
Carmen Martagón ©
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