Hay muchas formas de ser grande: Físicamente,
en anchura o altura y en ambas cosas; se puede ser grande en sentimientos, en
valentía. Los hay grandes de España, o los había, no estoy segura.. Hay
corazones grandes, grandes fortunas y grandes por sus hazañas, o también, se
puede ser grande en coraje, en arrojo, en amor.
Existen personas muy
grandes porque suman muchas cosas de esas que a las que se aplica el
adjetivo. Se le dice a los niños: "si comes te haces grande, si
estudias serás grande". Hay grandes
autores, compositores, pintores, cantantes, actores o actrices. Todos tiene un don, una habilidad o una cualidad que les hace
especialmente enormes.
Hay grandes luchadores y luchadoras por la libertad, por los derechos,
por la verdad y la justicia, esos que mueren en el intento de hacer de
este mundo un lugar mejor. Para muchos de ellos hay
títulos, premios y honores: el Nobel, el Príncipe de Asturias, el Goya o el Oscar en otros países. Para otros sólo el reconocimiento de los suyos, que cuentan
sus hazañas o cualidades de forma verbal o escrita, para que quede
constancia de su grandeza. Otras veces esa cualidad se queda sólo en el
corazón y el esfuerzo por recordarles de quienes les aman.
Sin ofender a nadie ni hacer alusiones no es grande quien por un título o cargo se sienta en un sillón y se da un baño de multitudes, quien acude a los sitios rodeado o rodeada de sus "vasayos" o sus "afines". Aquel o aquella por su cargo o firma decide el futuro de cientos o miles de personas o se sube a un estrado con un micrófono a contar sus bondades y las maldades ajenas. No son grandes esos que no saben mirar hacia abajo, para ver a las personas, porque de "tan grande" no ven más allá de lo que alcanza su vista en el horizonte o más allá de su espejo. Eso no es ser grande, es creerselo.
Grande es quien multiplica el sueldo para llegar a fin de mes, quien seca las lágrimas y limpia mocos de niños, propios o ajenos, quien pone el amor en su trabajo y va a "currar" sin horas o quien llora en silencio cuando faltan cosas básicas en su familia. Es enorme la madre que se acurruca en una manta por no tener estufa o aquellos que se juegan la vida por salvar la de otros en países lejanos y en condiciones imposibles. La lista sería interminable porque hay mucha gente Grande. De esa gente con mayúsculas están llenos los asientos del bus,el taxi, el metro o el banco de al lado. A esos solo hay que mirarles girando la cabeza, no levantandola.
Por esas cosas tú, tú o tú podéis estar orgullosos de ser gigantes y a esos otros elevados al cubo por su cargo, no les reconozco ni les veo la grandeza. No se es más por tener suerte, nacer para reinar, que te pongan en bandeja el sillón o encontrarte el cargo. Usted así no es grande, a no ser que sea una gran persona y lo demuestre, porque la grandeza se demuestra y, a veces, es muy visible.
A mis hijos sólo les digo que de mayor sean grandes o muy grandes en esas pequeñas cosas que nos llenan la vida. No hay mayor grandeza que la humildad...
Texto y foto: Carmen Martagón ©
Sin ofender a nadie ni hacer alusiones no es grande quien por un título o cargo se sienta en un sillón y se da un baño de multitudes, quien acude a los sitios rodeado o rodeada de sus "vasayos" o sus "afines". Aquel o aquella por su cargo o firma decide el futuro de cientos o miles de personas o se sube a un estrado con un micrófono a contar sus bondades y las maldades ajenas. No son grandes esos que no saben mirar hacia abajo, para ver a las personas, porque de "tan grande" no ven más allá de lo que alcanza su vista en el horizonte o más allá de su espejo. Eso no es ser grande, es creerselo.
Grande es quien multiplica el sueldo para llegar a fin de mes, quien seca las lágrimas y limpia mocos de niños, propios o ajenos, quien pone el amor en su trabajo y va a "currar" sin horas o quien llora en silencio cuando faltan cosas básicas en su familia. Es enorme la madre que se acurruca en una manta por no tener estufa o aquellos que se juegan la vida por salvar la de otros en países lejanos y en condiciones imposibles. La lista sería interminable porque hay mucha gente Grande. De esa gente con mayúsculas están llenos los asientos del bus,el taxi, el metro o el banco de al lado. A esos solo hay que mirarles girando la cabeza, no levantandola.
Por esas cosas tú, tú o tú podéis estar orgullosos de ser gigantes y a esos otros elevados al cubo por su cargo, no les reconozco ni les veo la grandeza. No se es más por tener suerte, nacer para reinar, que te pongan en bandeja el sillón o encontrarte el cargo. Usted así no es grande, a no ser que sea una gran persona y lo demuestre, porque la grandeza se demuestra y, a veces, es muy visible.
A mis hijos sólo les digo que de mayor sean grandes o muy grandes en esas pequeñas cosas que nos llenan la vida. No hay mayor grandeza que la humildad...
Texto y foto: Carmen Martagón ©
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