Se adivina el silencio a través de la seda,
la calma va delineado tus formas,
la curva de tu cuerpo, las notas en tus manos.
La leve luz te ilumina,
y juega con la magia adivinando la línea de tu figura,
intentando descubrir cada sentido,
el tacto de tu piel, el sabor de los labios,
o el simple sonido de tu respiración;
deseando adivinar el olor de tu cuello y eclipsarse en la luminosidad de tu mirada.
La música pretende adivinarte,
llenando con sonidos los silencios, abrazarte y sentirte así, iluminada por la luna.
Deja que ponga la caricia de sus notas en cada poro de tu esencia.
Deja que pase el "tempo"...
Para que, de nuevo, los dedos hagan vibrar tu cuerpo
al son de los más tiernos acordes
y las más dulces melodías...
Texto: Carmen Martagón ©
y juega con la magia adivinando la línea de tu figura,
intentando descubrir cada sentido,
el tacto de tu piel, el sabor de los labios,
o el simple sonido de tu respiración;
deseando adivinar el olor de tu cuello y eclipsarse en la luminosidad de tu mirada.
La música pretende adivinarte,
llenando con sonidos los silencios, abrazarte y sentirte así, iluminada por la luna.
Deja que ponga la caricia de sus notas en cada poro de tu esencia.
Deja que pase el "tempo"...
Para que, de nuevo, los dedos hagan vibrar tu cuerpo
al son de los más tiernos acordes
y las más dulces melodías...
Texto: Carmen Martagón ©
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