Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2014

Un Instante Robado: Rocío Escudero y Carmen Martagón

Rocío le robó un instante a la Sierra, a un pueblo blanco, de calles estrechas y empinadas, llenas de piedras primorosamente colocadas...  Le robó un instante a la vida cotidiana de un rincón precioso, un rincón que en Otoño se viste de verdes y marrones,  robando el protagonismo al azul del cielo y al blanco de las casas. Y ese instante, se llenó de versos en mi cabeza, de juegos de niños, charlas entre madres e hijas, momentos de ayer y de siempre, que nunca deberían perderse en los rincones de nuestra tierra. Cualquier rincón merece la pena, y merece ser visto, sentido y vivido. Podría ser cualquier rincón de nuestra Andalucía, pero en este caso es Huelva, su sierra, sus pueblos con olor a jara, a chimenea, a leña de encina, a tocino, jamón y pan de leña.  Es Huelva, con su Sierra llena de puestas de sol, atardeceres, riachuelos que susurran en los oídos del viajante.  Es Huelva, mi tierra, mi sierra, mi alma, la tierra de mi Herencia, mi mar y mis sueños. Huelva

He soñado...

He soñado con ser como las Amapolas, cómo las rosas frescas en jardines hermosos, he soñado tener la fragancia que envuelve la belleza que siempre se te viene a los ojos... He soñado con ser margarita silvestre y vivir en el campo todas las primaveras he soñado ser lirio, ser clavel o azucena y adornar arriates, portales y azoteas... He soñado ser alta, blanca, lila y celeste, que el hermoso arco iris sienta celos al verme y al mirarme en tus ojos y sentir lo que sientes soñé con ser yo misma, aprendiendo a quererme... Texto y foto: Carmen Martagón   Texto y Fotos: Carmen Martagón ©

Qué fué lo que viví...

¿Qué fue lo que no dije que se quedó olvidado en un rincón del tiempo?, ¿Qué fue lo que callé que quedo en el recuerdo...? ¿Qué palabras murieron en un rincón del alma? aquellas que perdieron el sentido y la calma.  ¿Qué fue lo que quedó anclado en mi memoria? en mi mente cerrada por el dolor y el miedo que fue lo que nunca se convirtió en historia Lo que quedo allí dormido que recordar no puedo... ¿Qué fue lo que viví? Que tampoco he vivido Lo que quise olvidar y tampoco he podido... Si tal vez lo soñé o no quise sentirlo por eso se ha quedado para siempre dormido...   Carmen Martagón ©

Fotografiando el Alma: Entrañas y Enredaderas. Rocío Escudero y Carmen Martagón

Cada paisaje cuenta una historia, se la cuenta a quien hace una instantánea, a ese ojo especial que ve más allá de los colores, de las piedras, las flores, o la tierra. Se la cuenta a esa persona a la que un momento le avisa que ese es el instante y no otro, que ese es el lugar para inmortalizar. Cada foto cuenta una historia, a quien aprieta el botón para capturar un momento y a quien la mira después con ojos de poeta... Hoy, Rocío Escudero y yo hemos querido fotografiar el alma... Ella a través de sus fotos, yo a través de mis poemas.     Entrañas...      Están huecas tus entrañas... Tú aferrándote a la vida lleno de azotes y heridas, y mientras el sol te baña tus ramas van hacia arriba.  Me miró en ti, me parezco, mi cuerpo tu tronco herido, mis sueños como tus ramas buscando la luz pérdida... El otoño que te abraza te llena de sus colores, tonos verdes y marrones, colores de tierra y grama el paisaje de tus ramas... Me miró en ti, soy otoño,

Vuelve cómo la primavera...

Estás aquí... Acompañándo mis noches y días en todos los sueños que emprendo con cada nota y cada silencio... Estás... Porque no se van las almas buenas, las miradas tiernas, las risas frescas las caricias añoradas..  esas, esas se quedan... Estás... Cada tarde en el café y la charla, cada noche contando batallas, cada día y en cada momento cuando sale cada sentimiento, siempre estás. En la mirada clara de mi madre, en el sonido que dice mi nombre, en el viento contra la ventana, en la risa sonora de Ángel... Siempre estás ..  Porque nunca quise que te fueras vuelve a mí como la primavera, con ese aroma que inundó mi vida, con la frescura de cada caricia, vuelve a mí para quedarte, porque nunca debiste marcharte... Te quiero Carmen, te quiero abuela...  Texto y foto: Carmen Martagón ©

No me robes la vida...

No me robes la risa de niña, los pasos de madre, la sombra del alma... No me robes los sueños amados, la luna en el pelo la vida, la calma...  Déjame que esta noche te extrañe  sentada en la nada de este viejo banco... déjame que ilumine mi vida  la vieja farola que quedó encendida... Déjame sentir de madrugada el frío relente de la noche oscura deja que sienta aquí dentro del pecho la sombra inocente que quedó dormida.  Déjame vivir con mis pesares, con mi lado malo que a veces odiabas, déjame, que esta noche lo malo se irá para siempre sanando mi alma...   No me robes los blancos recuerdos, los colores nuevos, las viejas batallas, no me robes el nombre más dulce la tierna mirada, las blancas caricias... Me quedaré sentadita y tranquila que cruja conmigo la vieja madera... este banco y su viejo recuerdo guardarán mi vida que ya no te espera...  Carmen Martagón ©

Me marcharé...

No me iré de esta vida sin haber dicho muchas veces te quiero sin llorar al dar y recibir un abrazo sin tener un hijo, escribir un libro, plantar un árbol...   No me iré de este mundo sin sentir emoción leyendo unos versos sin sentir el cariño, siempre incondicional, de mi perro. No me iré de este mundo sin decir lo que pienso, sin sentir lo que siento, sin soñar, sin un beso, sin el calor del sol que acaricia mi cuerpo...  No me iré de este mundo sin llorar en silencio... sin reír con el viento, sin abrazarme al tiempo, sin mirar las estrellas la luna, el firmamento no me iré sin tu beso... Y cuando me vaya... iré en paz y en silencio, recordando mi vida, feliz por cada encuentro, cada sueño cumplido, cada voz, cada verso, y me iré recordando... tranquila y en silencio. Texto y fotos: Carmen Martagón ©

Hoy me perdono...

Hoy me perdono... Por haber olvidado quererme, por cerrar los ojos a la vida, por negarme a vivir cada día.  Me perdono, por meter solo odio en mi alma, maltratarme hasta quedar rendida, por perder tantas veces la calma. Me perdono, por negarme; hasta a seguir viviendo, por no ver más allá de la pena, por pasar estos años sufriendo. Hoy me perdono, por perderme, sin grandes razones, el amor de los que me rodean y esconder en mí las emociones. Y al perdonarme recupero la sonrisa franca, el amor alojado en el alma, las caricias en todas las horas, los besos y abrazos que calman. Recupero, la razón para seguir soñando, el tiempo para estar presente, la vida entera que he perdido, el amor siempre correspondido y el cariño alojado en la sangre. Y así me quiero... Feliz porque así lo merezco, soñadora de todos los mares, pintora de letras y cuentos, amante en mis mejores horas, ofreciendo mi amor a raudales a las sonrisas que siempre me

Sentarse a la puerta...

Se ha perdido madre sentarse a la puerta niñas casaderas cose que te cose, hilo de colores, agujitas nuevas, pelo recogido, bordando la tela...  Rizos en el pelo, la sonrisa puesta, blancos delantales cosen y remiendan, risas que se escuchan desde la calleja, manos que se afanan, la costura empieza... Labores de casa, labores de calle, siéntate a la puerta a la media tarde, mientras pasan mozos, paran a mirarte con el de la gorra quisiera casarme. Y mientras las niñas buscan los dedales, cosen para el niño que nació esta tarde, se asoma la luna tímida en la noche y se queda sola la silla en la calle... Se ha perdido madre sentarse a la puerta mirarse a los ojos detrás de la reja, los besos callados en los soportales, y al cruzar la acera parase y mirarse.  Texto: Carmen Martagón © Montaje Foto aportada por: José María Rebollo Fernández ©

Arco iris de sueños: Un cuento compartido (Final...?)

... Las niñas volvieron a hacer un coro para comentar respuestas posibles al acertijo del mago. Las sombras,  la muerte, el sueño, el agua... - El primero el sueño, es capaz de vencer a cualquiera -se oyó decir a Virginia. - Sí, yo también lo creo y el segundo el aliento, guardar aliento, tomar aliento, perder el aliento.- dijo Cinta. Ana y María se adelantaron hacia el Mago con determinación, dispuestas a responder para no perder los colores que tanto les gustaban... Ambas miraron hacia atrás para recibir el apoyo de sus compañeras, después miraron al hada blanca y respondieron a la vez los que se había consensuado entre todas, que la primera adivinanza correspondía al sueño y la segunda al aliento. El mago hizo una reverencia... - Listas tus niñas mi hermosa An- tuania... Bien, soy un mago de palabra, pero soy un mago negro y para preparar el nuevo acertijo permite que me lleve todos los colores... - Dijo finalmente y alzando sus manos empezó a girar sobre s

Blanco y Negro: Luces y Sombras...

          Blanco y Negro, Luces y Sombras es algo más que un recital poético. Es un encuentro donde los versos se sienten, se viven, tanto en el escenario como entre el p úblico.            El proyecto nace de nuestra amistad de años y del amor que ambas le tenemos a los versos. Cada una de nosotras posee una visión particular de la vida, cada una navega, a su manera, por el mundo de los sentimientos y los sueños.          Con nuestros poemas hemos querido trasladar al público, por momentos a un mundo donde los sentimientos se viven de forma distinta pero complementaria. A un lugar donde el color de los versos cambia según las vivencias, donde el paisaje interior de cada uno varía según a la tempestad a la que se enfrenta.          En esta ocasión hemos unido nuestra inspiración, esa extraña forma de creatividad que aparece cuando menos lo esperas, y que nos mantiene a ambas entre luces y sombras…           Esperamos que llegue a vuestros corazones, de la m

El viejo carro...

Coloqué mis flores en el viejo carro ese que de niños nos llevó al mercado, lo guardé en mi patio todos estos años, le limpié las ruedas, maderas y clavos... Coloqué en su seno las flores más bellas los brotes más tiernos, cada primavera, resguardé sus hierros de las humedades mirando en otoño que no se mojasen y al llegar el tiempo, cada primavera lo saque a mi patio para que luciera...  Recuerdos de niña me trae su madera, de risas de niños, chirriar de las ruedas de campos de trigos, de verdes praderas, de saltos a piola, gallinita ciega... Recuerdos de niña que siempre se quedan...   Texto: Carmen Martagón © Foto: Conchi Bueno Báñez  ©

Arco iris de sueños: Un cuento compartido (Tercera parte...)

No me da miedo tu magia negra Yavi-er... ¿Qué has venido a hacer exactamente?. Preguntó An-tuania. - Ya lo sabes, te lo he dicho, estoy donde hay color, sueños, en cualquier lugar donde haya ilusiones tengo que estar para poner mi granito de arena. Vamos a poner a prueba a las niñas de colores. Van a meter sus deseos en el cofre. Yo voy a acompañarlos con algunos contradeseos... Después, una mano inocente sacará siete deseos, cada vez que salga uno de los míos borraremos un color del arco iris. Te dejaré elegir el color que desaparece. Para conservar el lápiz del color que desaparece tendrán que resolver mis acertijos. Si responden bien los conservarán. Si no hay buenas respuestas borraré un color más cada vez y si no responden a mi pregunta final uniré todos los colores que queden para convertirlo en mi favorito... Jajajaja. - No te tengo miedo y ellas tampoco... - ¿Por que vamos a jugar a ese juego absurdo? Yo no quiero jugar. -dijo Cinta. - Ni yo. -Dijo Virgini

Ya lo he dicho...

No tengo nada que decir Y lo tengo todo... No tengo nada que escribir Y lo escribo todo...  Y me sale al amor a borbotones La rabia, la pasión, los sinsabores, El dolor de vivir, de haber perdido la dicha de seguir, de haber vivido...  No tengo nada que decir Más ya lo he dicho... He dicho que soy rabia y soy ternura He dicho que soy mar y soy dulzura He dicho que soy bruja y que soy hada He dicho que soy todo y que soy nada... No tengo nada que escribir Y ya está escrito... Carmen Martagón ©

Soñando...

... Y soñando con una vida entera se escapó despacito, perdido entre la niebla, me lo encontré dormido sobre la primavera esperando otro sueño que despertarlo quiera… - Mientras que el oleaje mece cuanto he soñado… la arena de tu playa me devuelve tu risa; entre las caracolas versos que no he cantado, notas de una guitarra que vuelven con la brisa. - Mientras que la marea se lleva mis pesares la frescura del agua me traerá otro recuerdo, descalza y en la orilla soñando otros lugares escuchando susurros entre los que me pierdo …y soñando con una vida nueva que vendrá despacito, la traerá la marea, y envuelta en ilusiones se parará en la arena,  despertará mi cuerpo que dormitando espera que las olas me traigan brotes de vida llena.  Texto y fotos: Carmen Martagón ©