Nada me dicen las fotos silenciosas,
las sonrisas de esos novios despistados,
ni los cielos más azules o nublados,
provocadores de tantas mariposas.
Se ha perdido nuestro amor entre esta ausencia,
en ese bosque de negras soledades,
en la espesura de las medias verdades
y en la premura de nuestra inexperiencia.
No vibra ya la piel al roce del otro,
ni se acelera el pulso en la cercanía,
se resiste el convivir de cada día
y ahora es solo tú o yo, nunca un nosotros.
Cuando pasen los años, llegue el olvido
y bebamos de otros labios sin saberlo,
tú, recordarás mi boca sin quererlo,
yo, jamás podré olvidar que te he querido.
Carmen Martagón ©
las sonrisas de esos novios despistados,
ni los cielos más azules o nublados,
provocadores de tantas mariposas.
Se ha perdido nuestro amor entre esta ausencia,
en ese bosque de negras soledades,
en la espesura de las medias verdades
y en la premura de nuestra inexperiencia.
No vibra ya la piel al roce del otro,
ni se acelera el pulso en la cercanía,
se resiste el convivir de cada día
y ahora es solo tú o yo, nunca un nosotros.
Cuando pasen los años, llegue el olvido
y bebamos de otros labios sin saberlo,
tú, recordarás mi boca sin quererlo,
yo, jamás podré olvidar que te he querido.
Carmen Martagón ©
Me encantaron esas palabras ...pensamientos....recuerdos hechos poesia... gracias saludos desde Bogotá Colombia.
ResponderEliminarMuchas gracias Gladys. Me alegro mucho que te hayan gustado. Un abrazo desde España.
EliminarPrecioso, Carmen. Deja un regusto a Bécquer.
ResponderEliminarGracias Carmen. Me alegro mucho que te haya gustado Un honor rozar, apenas al maestro de la rima. Besazos
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