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Mostrando entradas de marzo, 2016

Con N de NO

¿Se escribe PAZ? Puertas cerradas, Ayuda negada, Zozobra en los corazones. ¿Se pronuncia PAZ? Puentes volados, Angostos caminos, Zapatos rotos. ¿Hablas de PAZ? Palos y gases, Aguas voraces, Zanjas y cieno. ¡No tendrás PAZ! Podrás gritarla o Alzar la voz, se queda coja sin esa letra que se ha arrancado del coraZón. Por más que miro sólo veo letras, que han escapado de la razón, M de miedo, H de horror, M de malos y N de No... Carmen Martagón ©

Goma de borrar el pasado

Hoy he vuelto a la niñez de cuaderno y estuche, me llegó el olor a nata de mi goma Milán, ese olor a libros nuevos, a punta recién sacada, a pegamento y pizarra.  Hoy borré cuentas antiguas, amistades que no fueron, juramentos y quimeras, mentiras sobre el pupitre fueron a la papelera. He estrenado mi cartera, metí libros y carpetas y con papeles antiguos quisiera hacer una hoguera, para olvidar ese tiempo de fábulas y castillos, de brujas con caras buenas que engañando a los chiquillos los llevan a la cazuela. Hoy borré a quien no me quiso, a quien fingió la sonrisa, a los malos del castillo, al señor sin los anillos y a todos esos con prisa que usaron mi voluntad y me robaron la risa. Carmen Martagón ©

El color de la Esperanza

Dices Paz y dices blanco, dices sonrisas y calma, dices cielos despejados, hablas de manos sin armas, pasos en las callejuelas, gente charlando en la Plaza y niños en las escuelas.  Dices Paz donde no hay llanto, ni corazones heridos, ni sufrimiento y maltrato, dices Paz y suena un canto, voces de inocentes niños, nanas de madres felices con hijos bajo su manto. Digo PAZ, lo lanzo al viento, lo elevo para gritarlo, digo PAZ y veo más blanco en el color de las casas, de las nubes y la nieve, ruego azul de mar en calma, deseo blanco y digo verde, el color de la Esperanza. Carmen Martagón ©

TANGO

Muéveme al compás de las notas que bailan este viejo tango callado y herido, mueve mi cintura, maneja el destino, lleva lentamente mi piel al olvido... Pégate a mi frente acompasando el tiempo, no sueltes mis manos, ni aflojes mi cuerpo, deja que disfrute la magia que siento, y enrédame el alma a pasito lento. Llévame en volandas por los arrabales conecta tu cuerpo con mi Buenos Aires, por Tierra de Fuego o allá por los Andes rompe mi cintura con pasos de baile. Saca la Tristeza de este pensamiento, que reviva sola la letra sentida, que la vieja música me lleve a buen puerto, llore el bandoneon marcando la vida... Carmen Martagón ©

Escribo poemas

Necesito un lugar donde esconder los miedos, las penas, las tristezas, los silencios, un rincón donde soñar despierta con un mundo mejor y otro universo. Necesito un lugar para dejar atados los recuerdos y volver a revivir sólo los buenos en un trozo de papel lleno de versos. Voy buscando un lugar para escribir para soñar y vivir y no lo encuentro... Imagen El mundo en blanco y negro EL CLUB DE LAS POETISAS Tu lugar en el mundo

La poesía nos une

Atadas en las letras con el fino cordón de los afectos, en la delgada línea del encuentro, llenando rincones del papel en blanco.  Unidas en los sueños, en el dolor incomprensible del espanto, en las dudas, penas y desvelos, en las alegrías, incluso en los anhelos y hasta en el grueso papel que llena el desencanto. Cosidas a un poema, a la lírica que sale de los versos, a una estrofa o el recitar de aquel soneto, que se clava en el alma y te anida en el cuerpo. La poesía nos une en un leve instante o para siempre, al dulce amanecer de los anhelos o el amargo despertar de los recuerdos... Carmen Martagón  Imagen Josephine Wall EL CLUB DE LAS POETISAS Tu lugar en el mundo

Seguidillas

Me picó el gusanillo me "aflamencaste" y escribo seguidillas por todas partes. "Señita Carmen" culpa tuya mis letras del cante grande. Ya no juegan las niñas en la Plazuela, ni se escuchan las madres por la merienda. Lo que daría por volver a ser niña desde este día. La dureza en tus manos Padre del alma, el abrazo cercano, la voz que calma. Cuánto daría por evitar tus penas de cada día. Carmen Martagón 

Lucecita

"Programamos cesárea, la niña es muy grande". Debieron verle el alma... mi lucecita.                                                                            Rosario Domínguez  Asomaba tu alma, mi luz radiante, por las estrías de mi vientre preñado y te adivinaron, allí, entre los pliegues de mi corazón, que andaba latiendo por verte la cara. Te vieron tan grande, tanto, como esa inmensidad de tu mirada mi niña del alma, tanto como ese mar de azules olas que baña tu ser, hija adorada. Debieron mirarte. como te ven mis ojos cada amanecer o cada tarde, debieron saber, que venías a hacer grande mi universo y cada uno de los días de mi corazón de madre. Mi lucecita... Grande mirada de un corazón pequeño, grande este amor entre las dos, Grande, muy grande... Carmen Martagón ©

Media sonrisa

Tengo en la piel la sabiduría de los años, las cicatrices de los besos a escondidas, de las quimeras guardadas esperando... Asoma, en esta media sonrisa, la rabia que se llevó mis miedos, la risa que saqué del espanto, ese secreto que sólo sabe el viento, porque sólo al viento lo he contado. Se me escapan por las manos las vivencias, por los dedos las cuentas que no he echado, se esfuman los años y las penas, aunque siga el dolor en mi costado. Tengo los ojos plagados de miradas tiernas, de lágrimas que no se han derramado, tengo el alma de mujer, el corazón de estrella, y ese quiebro en la voz que se rompe en un fado. Tengo en la piel grabada a fuego lento, la melancolía y el cruel desengaño, pero me pinto esta media sonrisa y me subo al escenario de la vida a disfrutar cada escena tranquila, sin miedo, sin prisa.. Carmen Martagón © Foto: Rocío Escudero ©

Fantasma para tí, no para mí...

Invisible... demasiadas veces, demasiado tiempo, en el silencio.  Invisible... como los fantasmas, los demonios, los ácaros, los pensamientos. Discreta... para no perturbar la Paz o el Sueño de los dioses y diosas del infierno. Pero ahí... Vigilando mi lugar, mi mundo, mi tiempo. alerta... para no perder el tren de los recuerdos... Carmen Martagón ©

Maderas llenas de tiempo

He cruzado mil vidas para encontrarte, para ver tu sonrisa cada mañana, y al mirar este cielo con su destello sentir la brisa fresca sobre mi cara. He cruzado desiertos y tempestades lagunas donde, en calma, vi mi reflejo, crucé toda una vida, lustros de tiempo, los pasos me llevaron hasta tu cuerpo. Por caminos distintos llegamos juntos a éste amor de ribera, lleno de sueños, a esta vida que siento que me alimenta, de esperanzas y abrazos, de besos tiernos. He cruzado maderas llenas de tiempo para ver en tus ojos un brillo nuevo, provocando el encuentro arribé a este cielo, para ser primavera en cada recuerdo. Texto: Carmen Martagón ©

De los primeros años

Si no tardas mucho te espero en el umbral, sentada en un rincón con la falda plisada, la barriga plagada de mariposas blancas, esperando impaciente el calor de tu mirada. Si no vas a tardar amor te esperaré en el parque infantil junto a tu casa, sentada en el columpio, soñando ya impaciente, con la risa de niña enamorada. Si prometes venir a darme un beso para ruborizar mis apenas trece años, prometo no moverme de la acera, donde nació este amor extraordinario... Ven, no tardes amor, hace relente, no traje más abrigo que mis manos, no traje más calor que el de este amor, de los primeros años. Carmen Martagón ©