No tengo alas pero quiero volar lejos, donde las tormentas no me alcancen, donde la risa falsa no llene de rabia mis oídos, donde el egoísmo no me revuelva las entrañas, lejos... Quiero pintarme unas alas enormes y emprender un viaje que enfile distancia de tanta mentira, de tanta falacia, de esos que se miran sólo en sus espejos, lejos... Quiero convertirme en una cigüeña, en una gaviota perdida en la playa o en la golondrina que no ha de volver, mirar desde arriba y emprender el vuelo, lejos de los miedos, del egocentrismo, del falso papel en falsos amigos, lejos... No tengo alas, pero he aprendido a volar en sueños, aprendí a ser libre y a no tener miedo, sin sostener cuentos o versos ajenos, sin más que una vida repleta de tiempo, mi tiempo. Carmen Martagón ©
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...