Aún no dan las siete y ya te echo de menos, extraño tu deambular por mi piel como el veneno, el sonido de tu voz en mis oídos, pausado, lento, avanzando despacio, como los minutos de este reflejo. Cuando el minutero alcance cada hora de tu ausencia, vendrán a mi memoria tus labios y tu esencia, tu mirada que derrite mis barreras, y ese abrazo que mi cuerpo siempre espera. Aún no dan las siete, yo te espero, no se si mirar el reloj o su reflejo, el espejo devuelve la mentira, la que quiero escuchar, la que intento que digas. Aun no dan las doce en el reflejo, pasaron las siete y aún te espero... Texto: Carmen Martagón © Foto: Rocío Escudero ©
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...