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Mostrando entradas de mayo, 2015

MI TIEMPO, TU TIEMPO

Te regalo mi tiempo... los minutos que paso soñando despierta, los segundos, las horas, te las regalo.  Te regalo mi tiempo, los años que he vivido entre cielo e infierno los días más llorados, los meses añorados, te los regalo. Acepta con agrado cada trozo de tiempo, vale más un minuto, vale más un segundo, que todas las riquezas que pueblan éste mundo... Te regalo mi tiempo te lo regalo... Carmen Martagón ©

AUSENCIA

Cómo le duele la ausencia al que se queda, duele el lento pasar de los minutos sin la sonrisa amada, duele mirar la puesta de sol y la alborada, duele hasta el respirar, duele la nada...  Cómo duele saber que no estará, que ya no habrá ni esperas ni mañanas, se acabarán las risas, las miradas, las manos enlazadas, la brisa del mar, las madrugadas... Cómo duele... El dolor que desgarra te recuerda que no hay olvido que pueda enmascarar la ausencia, que no hay razones que alivien las horas, esas que ya no están, esas que sobran. Texto y foto: Carmen Martagón ©

Papeles en blanco

Quiero llevar mis letras a quienes sufren ante miradas poderosas, a quienes temen por sentirse solos, aquellos que no tienen testigos, aquellos que sienten que son otros. Quiero llevar mi voz al infinito, por los niños que sufren en las guerras, por los padres que pierden el camino, por quienes tienen miradas inocentes, por esas tiernas sonrisas sin destino. Quiero entregar mi alma, por aquellos que perdieron la vida, esos que, a diario, sufren desamparo, esos valientes que no tienen voces, esos que hacen el primer disparo... Quiero llevar mis letras más allá de fronteras y leyes, de miradas que ya nada sienten, más allá de papeles en blanco, y egoísmos que no se detienen... Carmen Martagón ©

Asomadas...

Asómate a mí, entre los visillos de las emociones que trae la mañana pintando sonrisas. Asómate a mí, cuando cae la noche y el sol que se esconde se lleva la pena. Mira en mi interior, no te quedes fuera y abrázate al alma que te está llamando. Asómate a mí deja que te enseñe la luz que en mi pecho se va derramando. Déjame asomarme en esos colores que dibuja el cielo cuando me sonríes. Déjame mirarte y mírate en mí, que no haya cristales que impidan la dicha de habernos besado, te espero, te ansío, te estaré esperando. Texto: Carmen Martagón ©

LA LUZ

Me ciega la luz que reflejan tus aguas, la que ilumina la calma de mis días, adoro el remanso de paz de atardeceres, y sentarme a esperar ante tu ría. Pasear tus orillas cada tarde, mirar el horizonte y abrazarlo, dejar que me lleve la corriente, soñar con el futuro y esperarlo.  Nada importan las nubes que oscurecen tu cielo, ni los vientos que limitan mis pasos, sigo viviendo en ti porque así lo quiero, y me quedo dormida entre tus brazos.  Texto y foto: Carmen Martagón ©

PÉTALOS MORADOS

Nunca más... No dejes que tu cuerpo sea como la arena, un lugar de paso, donde dejar huellas, que nos sea tu cara ese espejo triste bañado en la pena. Nunca más... Que el agua que inunde tu cara sea la que refresca, que sea de una playa, o sea de la lluvia, y no haya más lágrimas que mojen la arena. Nunca más... Que no sea tu boca fuente de suspiros, que no sean tus labios pétalos morados, y sólo se posen sobre tus mejillas, delicados dedos de pequeñas manos... Texto: Carmen Martagón © Foto: Rocío Escudero ©

Súbeme a tus tacones

Préstame tus zapatos, tus medias de cristal, tu bolso de domingo para ir a pasear. Préstame tu sonrisa, tus manos de mamá y enséñame a dar besos, enséñame a soñar.  Me pondré desde el alba tu sonrisa de madre, tú corazón de niña, tu cariño sin trabas, me asomaré a tus ojos, me miraré en tu cara, me dormiré en ese cuento que cada noche acaba. Súbeme a tus tacones que me sienta más grande, quiero alcanzar la luna, quiero abrazarte madre... Texto: Carmen Martagón ©