Alumbra el quinqué mis madrugadas, los sueños que vienen a buscarme, esa tenue luz que me acompaña, las noches a solas en mi cama. El fino cristal guarda la llama, como guarda el corazón los sentimientos, como guarda la memoria los recuerdos, como esconde la palabra los silencios. Y yo... me quedó con su luz, para alumbrar mis letras y mis miedos, la oscuridad que para mí no quiero, la tristeza, el desamor, el desespero. Y escribiré mis versos a su lado, versos llenos de amor y sentimientos, versos llenos de luz, de nuevos tiempos, de sol, de atardecer y hermosos cielos. Alumbra el Quinqué cada palabra, que sale de la pluma enamorada, del blanco del papel y la esperanza; alumbra el corazón la madrugada... Texto: Carmen Martagón ©
Herencias de mar, tierra, cielo, tiempo y sueños. Asómate a sentir... Palabras de mujer, nacidas de un puñado de vivencias. Directas desde mi corazón a tu corazón...