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Mostrando entradas de febrero, 2015

Tanto tiempo en calma

No nos sirven las velas para seguir adelante, nos frena este mar de arena que hoy es nuestra vida... Por más que sopla el viento nada avanza, ni siquiera se mueven las nubes. Todo es quietud en ésta vida en calma, en esta eternidad sin futuro ni esperanza. Tenemos que buscar una salida, buscar un mar bravío donde botar el barco, un mar en el que navegue contra el viento, aguas en las que bañarse y sentirse vivo, sobreviva o no al embite de las olas... Ninguno de nosotros pensó en las viejas ruedas o en las bicicletas que quedaron amarradas en algún lugar de la proa... ¿o era la popa? ¿a babor?¿a estribor?... Tanto tiempo en calma que ya olvidé todo de esos mares, olvidé cómo se nombran los vientos, las estrellas, los lugares del barco, las artes de navegación y las rutas a cualquier lugar...  Tanto tiempo en calma...   Carmen Martagón © Fotografía de Victor Habchy Para #viernescreativos by @depropio

Andalucía, es por la gente...

No es por la tierra... Es por esa gente de mirada tierna, sonrisa franca y manos recias. Son las palabras y esos abrazos que dan la vida y el alma entera. Más que la tierra son las personas que están en ella, esos que aguantan y esos que sufren sin una queja. tan solidarios, tan del trabajo, tan de esta tierra. Más que bandera somos de hojas, de mar en calma, de vida incierta, de tiempos muertos, de madrugadas marisma y velas... somos más ríos y amaneceres de puerta abierta... Más que Andaluces... un mapa extenso sin más fronteras... que las que anuncian, bajo las nubes, las carreteras... Feliz día de Andalucía Texto y Fotos: Carmen Martagón ©

Cadenas...

No quiero encadenar el alma en tu memoria... en el recuerdo de mil días grises, en la nostalgia de quienes se fueron en las tinieblas de quienes no existen. No quiero encadenar la fe ni la razón... en el presente que no se detiene, en el futuro que habrá de llegar o en un pasado que nadie recuerde. No quiero encadenar los sueños... en las vidas que nunca he vivido, en las miradas lejanas que no siento, en la esperanza que nunca he perdido.  Quiero intentar romper esta cadena los eslabones que me atan a las piedras, al frío suelo que hiela mis manos, a la humedad que me congela el alma a esa oscuridad donde no hay esperanza...  Quiero romper esta cadena... que nada ni nadie logre amarrar mis sueños que no me amarren las manos ni el cuerpo, la voz, el sentir, ni el pensamiento... Texto y foto: Carmen Martagón ©

Déjame soñarte

Déjame que sueñe... con ser la sonrisa que asoma a tu cara cuando estas dormida... con ser la penumbra que ahora te abraza que ahora te inunda... Déjame que sueñe... con ese momento que vives en calma mientras yo te miro, con cada segundo, con cada minuto que no estas conmigo, con tu risa inquieta, con cada suspiro... Deja que adivine... lo que estas pensando mientras la sonrisa se asoma a tu cara, lo que estas sintiendo mientras te acurrucas quedándote en calma, deja que te sueñe, deja que adivine, deja que te cuente... Déjame abrazarte... para que ni el viento roce tu alegría que nada te dañe, que nada te aflija... Déjame soñarte... Texto: Carmen Martagón © Foto: Rocío Escudero © Modelo: Saida del Pino Escudero ©

Completando mi mitad (Inspirado en una foto de Carmen Torres Chaguaceda)

  Aquí estoy... En la mitad de mi misma, de Carmen de una pared y un campo lejano, aquí estoy... sin estar, sin mirar, sin esperar. Aquí está mi yo... Que no quiere ni quedarse ni irse, ni quedarse para no estar quieta, en esa inquietud constante que es la vida, ni irse para dejar atrás todo aquello que sabe a despedida... Aquí estoy yo... mujer con alma y objetivo, con sensor y con sentido, mujer que experimenta y sabe ver más allá de lo que la vida me muestra, más allá de esta blanca pared... Aquí estoy yo... Queriendo ser mitad y entera, ser a la vez invierno y primavera, darle a mi vida esa luz adecuada cargada de matices, de sombras, filigranas y filtros que dejan ver... Aquí estaré... Para no quedarme a medias con mi tiempo, completando esta mitad, ésta que muestro... Con esa otra que a nadie dejo ver... Aquí estaré... Foto: Carmen Torres Chaguaceda © Texto: Carmen Martagón ©

Es hermoso el Amor

Es hermoso el amor porque al sentirlo las risas aparecen sin llamarlas, es hermoso el amor porque al vivirlo las caricias se dan sin esperarlas. Hay amor en los ojos del amante, en la mirada inocente de un niño, en esos ojos que miran vigilantes de esa madre que ofrece su cariño. El amor no lo trae la primavera, hay amores forjados en otoño, nacidos con la más tierna espera de ese vientre que guarda su retoño. Hay amores a la luz de las velas aquellos de la oscuridad sagrada pasiones de las que ya no te esperas y besos de la persona esperada. Hay amores de sueños incumplidos los que los niños forjan de ilusiones con príncipes y princesas prometidos corceles, castillos y dragones. Es hermoso el amor de mariposas, de besos robados, de tiernas miradas, de versos, de amantes, de poemas y rosas esos que se emprenden en las madrugadas... Que no soy nada sin amor no tengo dudas no porque lo diga el libro más sagrado, ni porque esté en las más fieles es

Blanco y Negro. Una foto desde el corazón de Rocío Escudero

Una foto en blanco y negro desenfocada, objetos cargados de historia, mensajes desde el corazón. El ojo que mira a traves de la cámara ve más allá de los objetos, ve pasado y presente, sensaciones y sentimientos. La foto nos cuenta, nos habla, nos invita... Un día más Rocío Escudero, en su pasión por la fotografía, plasma un instante y Carmen Martagón pone los versos. Unos versos que llegan desde una historia pasada hasta el presente. Unos versos para los protagonistas de esa foto en blanco y negro que forman parte de la vida de Rocío... He guardado el amor en aquel viejo cofre, ese amor blanco y negro que nos unió en la vida, ese que iluminó los más duros momentos que apaciguó las pérdidas, que limó despedidas...   He guardado el dolor entre polvo y aceite, entre flecos antiguos, entre flores silvestres, lo guardé en el olvido, lo guardé para siempre. He guardado la risa en la antigua madera esa que te gustaba cuando éramos dos niños, esa que fui perdiendo

A la luz de las velas

Te escribo a la luz de las velas en ésta semioscuridad que me dió la vida, te escribo para recordarte que no decaigas, que nadie te diga cómo hacer las cosas, cómo vivir, vestir o bailar, qué nadie te diga cómo soñar...  Te escribo en ésta penumbra de mí misma, a la luz de la cera que calienta y derrite mis versos, te escribo para volver a recordarte que no dejes que nadie te apague la llama del alma, que nadie te borre los colores y transforme tu cara...   Te escribo desde este rincón de mis sueños desde el calor y el olor de las velas, desde el dolor de la cera, ya derretida.   Y te escribo... para que NUNCA te olvides de ti misma para recordarte que nada te llene de miedos y que nunca, por nada, renuncies a tus sueños... Texto y foto: Carmen Martagón ©

Hijo del alma...

Te di mi corazón aquella tarde tras un encuentro lleno de pasiones, te di mi corazón al primer llanto y esa mirada tuya, hacia ninguna parte.  Te di mi corazón al ver tus manos, el color de tus ojos y tu pelo, te entregué mi verdad, mi sentimiento todo el amor guardado en mis adentros. Te di lo que yo soy, mujer y madre, mujer para vivir mi vida entera madre para sentir lo que tú sientas... Te di mi corazón hijo del alma, te lo entregué enterito a tu llegada, hay cosas que se dan... no se preparan. Texto y foto: Carmen Martagón ©