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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Noche y día...

Y la noche ha ido pintando de negro la ciudad..  A lo lejos sólo veo el color anaranjado de las luces de la urbe, que parecen parpadear, y me hacen imaginar que la vida fluye, que sigue. Me dicen que algunos duermen, otros deambulan por su casa, otros leen, ven la tele, se aman, se odian, se añoran, lloran, ríen, sueñan. Los minutos pasan y encaminan la noche hacia la madrugada primero, hacia el amanecer después... (...) Y el día ha ido llenando de colores la ciudad... El cielo se ve surcado de nubes y el sol tímido y asustado se esconde para no enfurecer al invierno.. Las luces se han apagado, la vida poco a poco empieza a fluir en las calles húmedas del rocío que asomó de madrugada, ese que da vida a la tierra en las primeras horas del amanecer. Y veo el transitar de la gente, despacio, relajado, sin el ajetreo semanal, pausada jornada de domingo. De nuevo imagino en las casas momentos diversos, desayunos solitarios, bullicio de niños y tostadas, a

Soy llama

Me deslumbras... Enciendes mi cuerpo, derrites mi piel soy llama encendida, soy verso, soy miel. Me calientas... Tu calor me abrasa, sofocas mi cuerpo soy lumbre en tus manos, sin tiempo. Me avivas... Tu energía me deja sin aliento, me agota soy cera que arde, soy tempo, soy nota. Me calcinas... Soy rescoldo que avivas cuando estás soy llama en silencio, soy vela apagada si te vas... Texto y foto: Carmen Martagón ©

Madera llena de historias

Juegos de niños en tu madera historias viejas, historias nuevas charlas de madres, largas esperas, besos de amantes con luna llena. Bajo un ratito que ya me esperan, risas resuenan en la calleja, dulces secretos que no se cuentan si lo revelas te harás más vieja. Salté más alto, te lo perdiste, pasa la bola, tú te la quedas, juegan los niños al escondite cuenta despacio, que te aligeras. Dulces momentos que no se olvidan coges mi mano, siento cosquillas brillan tus ojos cuando me miran, cuentos de amor entre las chiquillas. Miles de historias mi viejo banco guarda memoria en cada momento, lleno de vida en un tiempo blanco, pinta tu historia el correr del tiempo. Texto y foto: Carmen Martagón ©

Añadidos

Añádele a tu vida la sal de la risa la chispa del alba, el son de aquel brindis, no dejes que duerma, vívela con prisa... Añádele a tu mundo alguna carcajada de esas que te salen cuando no lo esperas, de las que te aporta la vida soñada. Bebe en esa copa llenita de vida burbujas de sueños, princesas de cuentos, hadas enfadadas, niña prometida... Y vive tu sueño, como navegante, pirata de cuento, niño que no vuelve, o aquel loco dueño del fiel Rocinante... No hay mayor locura que no haber vivido y guardar la vida, tenerla escondida, o no haber llorado, por no haber sufrido... Texto  y foto: Carmen Martagón ©

Recibiendo al invierno...

- Pase señor invierno... Permítame recoger las últimas hojas y enseguida estoy con usted... Mientras el Invierno me espera en la puerta voy a buscar mi escoba de palma e iré recogiendo las hojas que quedan. Me ha dicho que no quiere entrar aún para que sus vientos no me remuevan las hojas. Podría ofrecerle una taza de té, aunque tal vez prefiera otra cosa, tengo el café recién hecho... No tengo ni idea de las preferencias del Invierno, debería preguntarle... Le he ofrecido un poco de té blanco, la sonrisa de bienvenida y el calor de un abrazo. Me ha dicho que se quedará un tiempo, el justo para dejar su huella. Sus vientos ya removieron las últimas hojas secas del Otoño. En sólo unas horas se alojará en nuestras vidas, así que hay que ser cortés con el dueño de los días fríos, la lluvia que cala, las tardes grises y las nubes oscuras. La vida en él se ralentiza, pero avanza paso a paso con la mirada puesta en la primavera.  - Sea usted bienvenido señor Inv

Cuentos de Navidad

Papá Noel había estado allí... Nadie lo vió asomarse porque todos dormían... En la mesa del salón habían dejado una bandeja de dulces, unas botellas que no alcanzaba a distinguir y una carta. El árbol grande y lleno de bolas plateadas y azules estaba repleto de luces brillantes que habían dejado encendidas. Un detalle para aquella noche de trabajo. No había chimenea, así que no había calcetines colgados, ni guirnaldas, ni figuritas sobre ella. Sobre el sofá la mantita de terciopelo azul indicaba que algui en se había levantado expresamente para irse a dormir. Claro, había que acostarse temprano. ¡Era Navidad!.  Miró la carta de aquella dirección y comenzó a leer... Era la cuarta casa en la que los niños pedían lo mismo, un trabajo para papá, un trabajo para mamá, paz, salud, que se acabe la crisis ... Acababa de empezar la noche y aun no había sido necesario entrar a dejar ningún regalo. Iba a ser una noche corta... O larga, según se mire.  - Vamos Rud

Me hablan

Me hablan de ti las luces de la calle que empiezan a encenderse en el ocaso, los faroles que alumbran tenuemente el largo paseo que circunda el barranco. Me hablan de ti las nubes ya difusas que oscurecen el azul de mi cielo, me cuentan que estas bien, que me quisiste como se quieren los amantes de otro tiempo. Me hablan de ti las verjas entreabiertas como mi corazón callado y triste, éste que esperaba tu regreso, éste que te amaba y que perdiste. Y me habla a mí, el sol que ya se oculta allá lejano por aquellas laderas, me dice que despierte, que no espere, que llene el corazón de primaveras. Me dice el sol que cuando vuelva al alba quiere ver en mi rostro una sonrisa, me dice que cierre las heridas, que me olvide del ayer, sin prisa...  Me hablan de mí los silencios de mi calle me dicen que abra las ventanas que entre la brisa que se lleva la pena y que inunde mi ser de carcajadas...   Texto y foto: Carmen Martagón ©

Realidades...

No sólo espero vivir realidades, necesito ser alondra libre, necesito ser mar y tempestades, ser viento, brisa y pasión en cada tarde...  Necesito ser y vivir un sueño amar sin esperar, acurrucarme, sentir que el corazón no tiene dueño, no dormir, no estar, no ser de nadie. No necesito que amarres mi vida necesito liberar mi alma, que escriba la pluma palabra sentida vivir cada día sintiéndome en calma... Necesito ser yo, más yo cada día más risa, más piel, más sentir, más viva... Que la realidad sea mucho más mía déjame volar, que el amor me reviva...  Me hace falta soñar y que me sueñen me hace falta vivir y que me vivan me hace falta ser mar y tempestades,  necesito ser sal en esta orilla... Texto y fotos: Carmen Martagón ©

No se van...

Pisé la fina arena paso a paso, fui dejando mis huellas para siempre, pensé que, tal vez, si un día volviera estarían esperándome impacientes. No me esperaron, no... las borró el viento el tiempo que borra los momentos, el tiempo que en efímero convierte cada nuevo segundo del presente.  Se borraron, como las huellas de amores pasados, como las lágrimas que ya no vuelven, como aquellos que se van para siempre  como el dolor, que al tiempo ya no duele...  Se borraron sí, pero quedaron guardadas en mi mente, como un tierno recuerdo del pasado, recordar en mis pies ese momento, que viene a mi memoria dulcemente.  Aquello que recuerdo queda siempre, el olvido no puede si no quiero, no me abandona aquello que recuerdo no se va lo que guardo eternamente... No se van las sonrisas ni los besos, ni los abrazos que aprietan más fuerte, no se van los ojos que miraste sintiendo que amabas para siempre. No se van las miradas pasionales, los susurros,

El sonido de las hojas secas...

Hoy salí a mezclarme, con las hojas secas y la fresca lluvia, con el cielo gris del Otoño cierto, con la espesa niebla, con el leve frio que me tersa el rostr o, con la nueva vida, con la vida nueva... Hoy salí a soñar como cada día, con nuevos destinos, caminos, veredas, con prados y bosques, lindes y senderos con nuevos momentos, con momentos nuevos... Hoy salí a soñar, a soñar despierta, me guardé del frío, me metí en la niebla me caló la lluvia que el cuerpo refresca, y escuché el sonido de las hojas secas... Texto y foto: Carmen Martagón ©

Ganar la guerra

No me robes la paz de los momentos, no me robes los gritos en silencio, no me robes las miradas pérdidas, no te lleves mi inocencia dormida. No son tuyas mis carnes doloridas, mis lágrimas calladas, mis heridas. No son tuyas mis manos, ni mi espalda y no es tuya mi vida... ni mi alma. Te has llevado mi risa, el brillo en la mirada, los sueños de una niña, la vida soñada. Te has llevado la paz de mis mayores, la chispa de mis ojos, mis amores. No perdono el tiempo que he perdido la pena impuesta, el daño y el olvido, haber estado sola en esta cárcel sin salida cada minuto perdido, cada hora no vivida... No me perdono esta ceguera, este dar tantas vueltas, esta espera, esperando un milagro que no llega esperando una paz, una quimera...  No me perdono, haber querido así sin poner trabas ser sólo la mujer que tú esperabas y no ser quien no fui, no ser quien era y no siendo... perdí la vida entera.  No dejaré ni un solo recuerdo del pasado escondi

El dolor al decir te amo...

  Ámame... hasta el infinito de todas las cosas, más allá de los días y noches, más allá de la vida y el tiempo, más allá de tí, de mí, de nuestros cuerpos... Ámame... como si nada pudiera tocarnos, como si el alma naciera de nuevo, como atrae la luna a las mareas, como aman los seres sin tiempo... Te amaré... Sí, te amaré... poniendo el corazón en los sentidos, con la verdad y el amor en los labios, la esperanza y el sueño en las manos, el tiempo que ya no es perdido y el dolor al decirte te amo... Texto y fotos: Carmen Martagón ©

Microrrelato: La A quiere ser libre...

La A quiso ser libre, quiso escapar del diccionario, de los libros, los carteles, los nombres... Se sentía atada. El único lugar donde le gustaba estar era en los cuentos, sobre todo en aquellos de final feliz y en los de piratas. Llevaba años en las estanterías de la vieja biblioteca de Villa O, la ciudad redonda, con sus habitantes en permanente estado de sorpresa. Cuando lo contó al consejo librero la recriminaron. No podía dejar la librería sin su presencia, los niños tendrían que llamar a aquel lugar "libreri... " Mas o menos así la llamaban en inglés y no pasaba nada, eso no era preocupante para ella.  Lo que si le preocupaba era dejar sin su presencia al Amor, la Amistad, la Alegría o los colores Amarillo y Azul. Tenia que pensar una solución urgente antes de marcharse. Si es que había solución... La Amistad se puede sustituir por Devoción, la Alegría por Gozo, el Amarillo por ocre o dorado. El Azul por Índigo pero el Amor...  No sabia como sustit

Moguer lleno de Versos...

Una casa grande, un patio y un pozo, balcones y rejas en casitas blancas, la luna se asoma llenita de gozo por ver al poeta llegar a su casa... Dicen que pasea por la Callejuelas buscando los versos que esconde la aurora, cuentan que las musas le siguen y esperan en los portales, tras de las rejas y a cualquier hora... Tienen sus versos aromas de jara, de pinares nuevos, lentisco y albahaca, inspiran sus letras el pelo y la cara del amor callado... de la flor amada. Texto y fotos: Carmen Martagón © Casa Natal de Juan Ramón Jiménez. Moguer, Huelva, España.